Pros y contras de contratar a un diseñador de interiores

¿Hacerlo tú mismo o contratar a un profesional? ¡Preguntemos a los que saben!

La química juega un papel fundamental en las relaciones laborales, al igual que pasa en el ámbito sentimental. Todo aquel que haya contratado alguna vez a un diseñador de interiores, estará de acuerdo en que la afinidad es un factor clave. Si consigues tenerla con el diseñador, lograréis un resultado sorprendente. Si no la tenéis… no habréis pasado la primera prueba. Por tanto, contratar los servicios de uno de ellos te puede compensar si disfrutáis de una buena relación, pero puede dar como resultado un diseño mediocre si os falta la dinámica.

«Una buena relación entre un diseñador y su cliente debería ser una experiencia bastante íntima», dice Drew Aaron, un emprendedor radicado en Mallorca que ha contratado los servicios de diseñadores para viviendas en Nueva York, the Hamptons, Palm Beach, Greenwich y Praga. «Primero necesitáis un tiempo para conoceros, ver si hay química entre vosotros, para seguidamente dar el paso del matrimonio».

Los principales problemas: coste, tiempo y molestias

Se suele tener la falsa idea de que tomando el camino de hacerlo tú mismo conllevará automáticamente un ahorro de dinero. «No todo el mundo sabe exactamente lo que quiere, o dónde encontrarlo» dice Marga Comas del equipo de diseño de Bornelo, en Palma. «Conocemos a muchos distribuidores, marcas y fabricantes; sabemos hacia dónde nos tenemos que dirigir para dar con lo mejor para cada proyecto y dónde encontrar los mejores precios. Además, como profesionales del ámbito, podemos asegurar a menudo algunos descuentos al cliente».

Por otro lado, la elaboración propia suele llevar mucho más tiempo y esfuerzo. Si disfrutas saliendo a la búsqueda de mobiliario y de artículos de decoración, amueblar el espacio con tus propias manos puede resultar algo divertido y satisfactorio. Por el contrario, si no te emociona mucho la idea y no puedes dedicar tardes enteras a ir detrás de los cojines ideales, puede convertirse rápidamente en una pesadilla.

«Si así lo desea el cliente, podemos preparar todo lo necesario para la vida diaria», dice Comas. «Toallas, cubertería, vajilla, ropa de cama: hasta el último detalle». Tal diligencia tiene un precio, por lo que aconsejamos establecer un presupuesto claro desde el principio.

Esa habilidad profesional

Existen tantas variables que entran en juego para hacerlo bien, que pueden pasar desapercibidas por parte de la mirada inexperta: los tipos de materiales que encajan mejor en un sitio o en otro; la disposición más cómoda para el uso diario; el trato con los proveedores; la creación de una atmósfera agradable. Si te faltan los conocimientos adecuados, es probable que pases por alto algunos aspectos, independientemente de tu entusiasmo.

Aaron y su esposa modelo Hana Soukupová cuentan con los conocimientos necesarios de los factores que entran en juego, y saben exactamente a quién acudir y hacia dónde dirigirse. Para su vivienda de Son Vida, contrataron los servicios del atrevido y prometedor diseñador estadounidense Meg Sharpe. Sin embargo, conseguir el enfoque adecuado para su finca de Alaró fue algo más complejo.

«En busca del diseñador ideal y de las tiendas de mobiliario adecuadas en la isla, pronto nos dimos cuenta de que no era tan fácil como estábamos acostumbrados. A diferencia de Nueva York, que cuenta con un distrito de diseño con todo lo esencial, resultó que muchas de las mejores tiendas de mobiliario y de diseño se encontraban esparcidas aleatoriamente por toda la isla».

Si no estás seguro de hacia dónde dirigirte o de cómo hacerlo, puedes sentirte rápidamente agobiado. Después de varias investigaciones, la pareja Aaron- Soukupová dio con las joyas de Living Dreams y Villa Wesco de Santa Maria; con las tiendas de Palma de Rialto Living, Trends Store y Kidshome y con Aquaquae, que se encargó de los baños.

Sin embargo, no fue hasta que descubrieron Terraza Balear en Santa Ponsa que la pareja supo que había encontrado exactamente lo que buscaba. «Al llegar a su showroom fue amor a primera vista».

El factor comodidad

No hay duda de que contratar a un interiorista le aportará un toque de estilo a tu vivienda. Sin embargo, ¿ceder el control sobre tu espacio personal afectará a su personalidad? Obviamente, si lo haces tú mismo, la casa será un reflejo de tu propia alma. Además, también significará que es un trabajo propio y personal. En lugar de exponer todos tus gustos (los buenos y los no tan buenos), el diseñador profesional trabajará contigo para pulir tus mejores criterios.

«Después de todo», enfatiza Comas, «no estamos construyendo o decorando para nosotros mismos o para una revista, sino que lo hacemos para una persona que tiene sus propios gustos».

Puede que ahí radique el secreto de por qué las ventajas de contratar a uno de los mejores diseñadores actuales sobrepasan los inconvenientes: lo hacen como si fueras tú, solo que mejor. A menos que seas Martha Stewart, por supuesto.

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