Encuentra tu Hygge

El arte danés de sentirte como en casa

A diferencia de otros famosos productos que Dinamarca exporta, no resulta fácil definir el hygge (pronunciado “hue-ga”), aunque una opción podría ser “comodidad refinada”. En este país nórdico donde en pleno invierno los termómetros no pasan de los cero grados y oscurece a mitad de la tarde, sentirse a gusto resulta esencial. A pesar de estas inclemencias meteorológicas y de los elevados impuestos, Dinamarca ha sido elegido el “país más feliz” según el “Informe Mundial sobre la Felicidad 2016” de Naciones Unidas. Asimismo, desde 1973 siempre ha estado a la cabeza en el Eurobarómetro de la Comisión Europea en indicadores como bienestar y felicidad. ¿Puede que el hygge tenga algo que ver?

Meik Wiking así lo cree. Es el presidente ejecutivo del Instituto de Investigación sobre la Felicidad, un think tank independiente que se centra en la satisfacción vital, la felicidad y la calidad de vida con sede en (sí, lo has adivinado) Dinamarca. La misión del Instituto consiste en mejorar la calidad de vida de la población a nivel mundial. Wiking ha escrito asimismo uno de los numerosos libros que se han publicado en los últimos meses sobre el hygge, The Little Book of Hygge: The Danish Way to Live Well (Penguin).

La palabra hygge proviene originalmente de la palabra noruega para “bienestar”, aunque otras palabras similares más antiguas remiten a ideas como “abrazo” y “comodidad”. ¿Quién las rechazaría en los tiempos turbulentos que vivimos? Wiking define al hygge como “aquel estado en el que todas las necesidades psicológicas están equilibradas”. En vez de centrarse en cosas materiales, se trata del entorno, de la experiencia y de sentirse agradecidos por lo que tenemos: “Estar en compañía de los seres queridos”, explica. “Un sentimiento de sentirnos seguros, de que estamos protegidos del mundo exterior y de que podemos bajar la guardia”. Esto explica lo poco que les preocupan las calorías que consumen durante la famosa actividad de “hyggelig”, que consiste en tomar café y tarta con amigos. 

Numerosas personas están adoptando en todo el mundo el hygge danés como estilo de vida, porque los beneficios no solamente se sienten en el hemisferio norte. Puede que el invierno en Mallorca no sea tan gélido y oscuro como en Dinamarca, pero el frío y la humedad contrastan con el calor de nuestros veranos mediterráneos.

Anette Hoj Andersen, que trabaja en el hotel Castell Son Claret, comenta que su rato favorito de hygge consiste en cocinar con sus hijos: “Es algo muy típico en Dinamarca. Cocinar juntos, compartir la comida y conversar sin la televisión u otro aparato electrónico de fondo. Todos están calmados, conectados y felices. La creatividad y la conversación que se desarrollan alrededor de la cocina constituyen verdaderos momentos de hygge”.

Helle Alexandersen es danesa y vive en Mallorca, donde dirige junto con su socio el excelente (y hyggelig) restaurante Luna 36, en Sóller. Es un lugar cálido y acogedor en el que te sientes inmediatamente como en casa, entre personas amables que sirven comida hecha con amor. ¿Qué significa hygge para Helle? “Estar con familia y amigos escuchando buena música, jugando y degustando buena comida”, afirma. “Hablar, reír, hacer bromas y pasar un buen rato”. El hygge no sólo es para el invierno. “Cuando hace frío, conlleva muchas velas, mantas, chimenea, beber té y chocolate. Y en verano consiste en disfrutar de nuestro bonito jardín, que preparamos con flores, almohadas y mucho color. Pero lo más importante es socializar”.

Numerosos estudios científicos han llegado a la conclusión de que las relaciones sociales son imprescindibles para lograr la felicidad y los felices daneses adoran recibir en sus pulcras casas a familia y amigos. Pero no necesitas ser el dueño de una casa plagada de fantásticos diseños daneses (piensa en Arne Jacobsen, Verner Panton y Malene Birger, entre otros) para practicar el hygge este invierno en Mallorca. La sencillez es la clave:

Enciende algunas velas. En Dinamarca se utilizan más velas que en ningún otro país europeo y más de un cuarto de la población enciende velas cada día.

Acurrúcate.  Un suave chal de lana, unos calcetines calentitos, una manta y algunos mullidos cojines servirán. O un jersey de Fair Isle, como el que lleva la inspectora Sarah Lund en la serie de televisión danesa “The Killing”.

Mímate. Olvídate de las calorías y date el gusto de disfrutar de platos y de bebidas que suben el ánimo. Café, té, chocolate y vino calientes, tartas, dulces, abundantes guisos, un vaso de tinto mallorquín…cualquier cosa que reconforte el alma. 

Vive experiencias. Tápate bien, prepara un picnic y disfruta de un paseo en grupo por una desierta playa o por las montañas de Tramuntana.

Meik Wiking lo resume: “El hygge consiste en aprovechar al máximo lo cotidiano”. ¿Quién hubiera dicho que el camino a la felicidad fuera tan sencillo? Estos daneses son muy listos…