Portfolio de Dra Estrella Fernández

Acerca de Dra Estrella Fernández

“Todos tenemos interiorizada una imagen de nuestra apariencia, una imagen con la que nos identificamos. Pero, cuando envejecemos, suele llegar un día en que nos miramos en el espejo y no nos reconocemos”, dice la doctora Estrella Fernández. “Es realmente gratificante poder ayudar a mis pacientes a realinear esas dos imágenes, y ver lo agradecidos que se muestran cuando vuelven a sentirse ellos mismos”.

Muy respetada en su campo, la doctora Fernández tiene a sus espaldas una distinguida carrera profesional. Empezó a especializarse oftalmología y cirugía plástica ocular en el hospital Valle de Hebrón de Barcelona. Después colaboró en Chelsea and Westminster Hospital de Londres y en Múnich, en el departamento de cirugía plástica ocular del Herzog Carl Theodor Klink. En 2007 se hizo cargo de la dirección del departamento de cirugía oculoplástica del Clínic de Barcelona y en 2014 abrió abrió su propia consulta en Palma.

Especialista en plástica ocular, en el rejuvenecimiento del área alrededor de los ojos, ha perfeccionado una serie de técnicas microquirúrgicas para revertir el proceso de envejecimiento.

“Aun así, puedo tratar a la mayoría de mis pacientes sin cirugía”, explica ella. Se refiere a la impresionante gama de tecnologías mínimamente invasivas que ofrece en su clínica, desde tratamientos con células madre, láser, lifting sin cirugía a rellenos dérmicos.

Para la doctora Fernández, cada paciente y tratamiento es único, así que se realizan procesos totalmente individualizados y exclusivos. “En cada paciente busco no sólo rejuvenecer, sino también prevenir el colapso de estructuras faciales vitales para de esta forma desacelerar el envejecimiento. Con pacientes jóvenes mi prioridad es prevenir el envejecimiento y embellecer el rostro. Con todos mis pacientes busco mejorar la expresión facial, algo fundamental a nivel emocional y para que los efectos sean a más largo plazo”, afirma la doctora.

Al conseguir cambiar la expresión de cansancio o tristeza de un rosto, conseguimos que nuestro cerebro se encuentre también más vital. “Estudios de neuropsiquiatría han demostrado que existe una comunicación bidireccional entre las expresiones faciales y el estado de ánimo a nivel cerebral”, explica la doctora que, durante más de dos décadas, ha tratado a miles de pacientes satisfechos.

Con tanta experiencia, sabe mejor que nadie lo mucho que significa sentirse a gusto con la apariencia personal, mejorando la autoestima y la manera de afrontar la vida.