Cómo decorar tu casa en Mallorca – para que sea tan individual como tu

Gwendolyn Frankefort cuenta su historia de mudarse a Mallorca y traer consigo su negocio de textiles para el hogar, GwendoLino

Al conocer a Gwendolyn Frankefort, uno queda inmediatamente impresionado por su elegancia. Sus anillos son como preciosas reliquias, su ligero pañuelo evoca una época de delicado recato femenino y su sonrisa es una luz. No estaría fuera de lugar paseando por las calles de París con su Daschund de pelo de alambre, Pasha. Sin embargo, Gwendolyn no está en París ni en su ciudad natal, Bélgica. Está en Mallorca, amando el estilo de vida mediterráneo y emocionada por comenzar un nuevo capítulo.

Hora de seguir un nuevo camino

Cuando Gwendolyn decidió dejar su ático en Amberes en 2016, ya conocía bastante bien Mallorca. Los largos veranos que pa- saba en la segunda residencia de su familia hacían que el estilo de vida mediterráneo le resultara fácil. Sin embargo, eran los más cercanos a ella los que estaban preocupa- dos. “Recuerdo haber viajado con 83 kg de equipaje, un llavero vacío y mi perro Pasha y sentirme tan emocionada”, explica. “Mis amigos y mi familia decían que era valiente, pero yo sabía que era la decisión correcta. Fue un cambio en las circunstancias familiares lo que me hizo darme cuenta de que estaba preparada para un nuevo comienzo”, dice, ahora satisfecha trasuna época difícil.

Una maleta llena de telas

Después de más de tres décadas en Bélgica, el traslado a Mallorca resultó fácil. Aunque lo que Gwendolyn decidió traer consigo fue lo que hizo que el viaje fuera poco claro. En su maleta no sólo llevaba sus pertenencias personales, sino también una historia empresarial de 25 años. Un servicio de textiles para el hogar a medida llamado GwendoLino, que durante la mayor parte de su vida se encargó de diseñar más de 500 casas y yates en todo el mundo. “Me daba miedo trasladar mi negocio aquí y acceder al mercado local, pero allá donde voy, GwendoLino también está”, dice ajustando su manga de jacquard.

Tras obtener ayuda de Miguel Artigues Fiol ( un abogado mallorquín), Gwendolyn no tardó en tener un bonito apartamento amueblado, una oficina en La Rambla y GwendoLino transformada en una empresa española. “Para cualquiera que se traslade aquí con un negocio, mi consejo es que se consiga un buen abogado: hace o destruye el traslado de una empresa desde el extranjero”, dice, habiendo escapado de una notoria carga de papeleo. Ahora, aliviada de las formalidades, Gwendolyn está lista para llevar sus sábanas, mantelerías y fundas de cojín personalizadas al sector del lujo en Mallorca. Con cada puntada y cruz bordada, Gwendolyn infunde una elegancia y un saber hacer que raramente se encuentran en el pano- rama actual de la decoración. La única diferencia ahora es el toque mediterráneo. Donde la inspiración podría venir de las casas más frías de París, Londres o Bruselas, Gwendolyn ahora busca la inspiración en el clima más templado. “Se trata de sábanas orgánicas y texturas mucho más ligeras”, dice, hojeando su reciente cartera, en la que cada casa tiene un estilo tan individual como su propietario.

Texto Rosie Foot
Fotos Jonatan Barzola

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