Estrella Fernández al recibirnos en su elegante clínica de Palma. “Es bueno beber”, dice sonriendo, mientras tomamos un sorbo. Esta consolidada doctora en Oculoplástica no tardó en hacernos sentir muy a gusto. No hay una sala de espera ruidosa ni un montón de médicos, sólo la Dra. Fernández trabajando tranquilamente a su ritmo. “Cuando un cliente viene a verme, recibe toda mi atención”, dice, prometiendo el máximo nivel de privacidad. “Hago un análisis personal del rostro y de la zona de los ojos para ver dónde se pueden mejorar las zonas”, confirma. Esta doctora puede ser una experta en rejuvenecimiento facial, pero ayudar a sus clientes a sentirse cómodos consigo mismos es la razón por la que la Dra. Estrella Fernández es tan aclamada en su campo. Su trabajo va más allá de la superficie.
Tras el nombre de la Dra. Estrella Fernández, nunca faltan credenciales que valorar. En primer lugar, es una académica, galardonada con las más altas calificaciones en Medicina en la Universidad de Zaragoza, además de ser miembro de la prestigiosa Sociedad Europea de Cirugía Plástica y Reconstructiva Oftálmica, en la que sólo están representados cinco médicos españoles. Sus éxitos en el mundo académico son la base de su trabajo, en el que sigue investigando lo último en técnicas antienvejecimiento. “Las células madre son una parte importante de lo que estamos investigando en este momento”, dice, orgullosa de contribuir a este campo global. Lleva más de 20 años dedicada a la investigación, pero también ha dedicado el mismo tiempo a su consulta en Palma. “Soy médico, ayudo a mis pacientes en todo lo que puedo para que se reflejen en lo que son”, dice, “eso es en definitiva lo que me apasiona; ayudar a la gente a sentirse mejor en su propia piel”.
Todos los tratamientos que ofrece la Dra. Fernández son personalizados. La estructura muscular y el movimiento de la cara, el tipo de piel, la genética de la persona y su estilo de vida son responsables de su trabajo. “Todos estamos hechos de forma diferente, por lo que el nivel de tratamiento es exactamente el mismo”, dice, antes de subrayar un punto clave. “No hago cambios drásticos, mi especialidad es potenciar lo que ya hay”, explica. “Me fijo en toda la estructura de los ojos y del rostro, rara vez me centro en un detalle concreto”. Las arrugas y las pequeñas líneas de expresión son lo que muchos buscan borrar, pero la doctora Fernández sostiene que la mejor expresión es la nuestra. “Valoro lo que hace único a cada uno de mis pacientes, sin quitarles nada de lo que son. Todos mis tratamientos son no quirúrgicos y poco invasivos”.
El tiempo de recuperación es corto después de ver a la Dra. Fernández y los pacientes salen de su clínica sintiendo un brillo especial y con más energía que antes. Las ojeras se atenúan, las mejillas se llenan, las líneas de expresión se suavizan y los párpados se sienten más ligeros, alineando por fin la juventud interior con la biología de la apariencia. Un testimonio de lo que somos por dentro y un buen ejemplo de lo que podemos llegar a ser.
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