¡Atrévete…aunque sientas Miedo!

Cómo salir de tu zona de confort

Mucha gente teme más al hablar en público que a la misma muerte: hace diez años yo era una de esas personas, aunque no te lo creerías si me vieras hablar en público, ya que ahora lo hago de forma regular. La verdad es que no me acuerdo de cómo acabé desarrollando esta fobia, quizás fue en la escuela, en alguna de las ocasiones en las que no sabía la respuesta cuando una profesora me preguntaba. Sí que recuerdo una ocasión durante mi primer empleo que me marcó durante mucho tiempo. Fue durante una campaña de captación de nuevos empleados y se encontraban unos 200 jóvenes en la sala; de repente al jefe se le ocurrió preguntarme, sin aviso previo, qué era lo que me gustaba de mi trabajo. Se me trababa la lengua e intenté responderle con frases incoherentes hasta que se dio cuenta de que había sido una mala elección y pasó al siguiente.

Esa experiencia me marcó durante años y sólo conseguí deshacerme del miedo cuando un amigo me recomendó las reuniones de Toastmasters. Toastmasters es una organización sin ánimo de lucro fundado en los Estados Unidos que fomenta la comunicación y el liderazgo para ayudar a sus socios a mejorar sus habilidades para hablar en público. Hoy en día tiene más de 280,000 socios y hay 13,500 clubes en 116 países de todo el mundo, incluido uno aquí en Mallorca. Para más información visita http://mallorcawordsmiths.toastmastersclubs.org/

También he tenido otra experiencia últimamente que me ha vuelto a demostrar que la única forma de superar el miedo es atreverse a seguir adelante y hacer aquello que tanto miedo te da, y luego seguir haciéndolo hasta que se convierte en algo normal para ti. Se convierte en algo que haces bien y sin pensar.

Mucha gente sufre del miedo a volar. Yo empecé a sentir miedo a subirme a un avión cuando se estrelló el Concorde en el año 2000, y mi ansiedad empeoró cuando al año siguiente vi las imágenes del ataque del 11S. He probado con tratamientos de hipnosis y la verdad es que me han ayudado bastante a superarlo, pero como me gusta tanto estar en control pensé que aprender a pilotar un avión me ayudaría a entender todo lo que pasa y por consiguiente, a estar más relajada.

Mi marido me regaló un vale para una clase en una avioneta de ala fija para ver si me gustaba. Tras dos años de pensármelo por fin me armé de valor y llamé a Valeria, de The Aviation Centre. Al conocer a Valeria (véase el reportaje 72) me sentí bastante tranquilizada ya que es una mujer que rebosa confianza y muy capaz. Cuando vuelas por primera vez ella es la persona indicada para tener sentada a tu lado.

Me dijeron que me sentara en el asiento del piloto, con los cascos puestos, y tras varios chequeos ya rodábamos por la pista de despegue. Una vez en el aire, no me podía creer que había sido capaz de hacerlo; Valeria me dijo que podíamos volar por encima de mi casa, y cogimos rumbo a Son Vida; desafortunadamente no había nadie en casa para ser testigo de mi gran momento.

Uno de los momentos más aterradores llegó a unos 20 minutos de vuelo cuando Valeria me enseñó qué pasaría en el caso de un fallo de motor. Bajó la potencia del motor sin apagarlo del todo, y planeamos por el aire mientras seleccionaba un descampado potencial por si había que realizar un ‘aterrizaje forzoso’, explicándome que seguramente no nos pasaría nada pero que el avión sufriría algunos daños. Fuimos descendiendo y acercándonos al descampado, y volvimos a despegar justo antes de llegar.

De vuelta en una altura normal Valeria me dijo sonriente que relajase las manos, y es que tenía los nudillos blancos. Nos aproximábamos a la pista de Son Bonet y yo seguía pilotando el avión; esperaba a que Valeria me diera la orden de ‘soltar’ pero seguíamos acercándonos hasta que… finalmente me dijo ‘Vale suelta’ y solté los mandos justo antes de aterrizar. El alivio fue breve ya que volvimos a despegar a los pocos segundos. Realizamos otro circuito por el aire y Valeria dijo “Vale, esta vez te encargas tú del aterrizaje” y tras un descenso poco elegante, aterrizamos.

La experiencia me ha dado muchas ganas de aprender a pilotar un avión y aunque sigo sintiéndome un poco nerviosa, se que la única manera de superar éste u otros miedos es atreviéndome a hacerlo a pesar del temor. ¡Deséame suerte! •

Lectura Recomendada:
Atrévase…Aunque Sienta Miedo de Susan Jeffers

Ver el video Aprendiendo a volar