El patrón de la felicidad

Mel encuentra la inspiración en la puerta de su casa de Alaró

Es una fresca mañana de octubre cuando llegamos al camino pedregoso de entrada a la casa en el corazón del campo de Alaró. Un Springer Spaniel se acerca, nos saluda con entusiasmo canino y nos guía hacia la casa. Es un lugar encantadoramente rústico, con contraventanas de color azul celeste y paredes de piedra natural, todo ello rodeado de jardines repletos de vegetación; el olor del fuego de leña en el interior se suma al maravilloso ambiente otoñal. También se extiende ante nosotros un amplio horizonte de paisaje ondulado, dominado por el dramático pico del Puig d’Alaró. Mel nos recibe con una cálida sonrisa y nos cuenta la historia de cómo encontró este mágico lugar al que ahora llama hogar.

“Llevaba muchos años visitando, quedándome con una amiga que vivía en Alaró”, explica. Le encantaba la zona y decidió que quería comprar algo aquí, pero pronto se frustró con las interminables visitas a lugares con los que no conectaba. Pero un día haciendo footing, se topó con un cartel de “SE VENDE” en una propiedad cercana. En ese momento supo que ya no tenía que buscar más. “Siempre digo que este lugar me eligió a mí”, dice Mel con una sonrisa nostálgica.

Desde la producción a la impresión

Antes de mudarse a Mallorca, había vivido principalmente entre el Reino Unido y Asia, dirigiendo una exitosa empresa de producción cinematográfica. Pero después de más de dos décadas, era hora de “colgar las botas de productor y sacar la caja de pinturas”. Y como muchos, fue durante el confinamiento cuando Mel sintió que de repente tenía tiempo para parar y observar realmente la naturaleza que la rodeaba. Inspirada por la flora autóctona, “los diseños de telas empezaron a dominar mi vida y a alimentar mi alma y mi bienestar”.

Mel heredó la pasión de su madre por el diseño de interiores y la naturaleza, una combinación que aplica a su diseño textil. “Dondequiera que mire, surgen diseños y patrones”, dice. También atribuye su ojo para el diseño a sus años de rodaje y edición: “Desarrollas un instinto para saber qué es lo correcto”. Crea sus diseños en papel y éstos se trasladan a bloques de teca en Jaipur (India), para que luego los impresores artesanales produzcan el patrón en la tela. La primera tirada de su colección Blue Thistle se agotó rápidamente, en parte gracias a un gran pedido de Alemania. Llegó de forma inesperada a través de una persona que había conocido durante un taller de marketing digital de hc/ Connect & Grow. “¡Realmente me ayudó a conectar y a crecer!”, dice Mel entre risas.

Un hogar con alma

También señala la “polinización cruzada” de creatividad en su casa. Su madre repetía que “no hay líneas rectas en la naturaleza”, y las decisiones de Mel en materia de diseño de interiores lo reflejan. Cuando las paredes fueron revocadas, ella insistió en que mantuvieran su calidad única y desigual. También conservó las vigas metálicas a la vista, así como las antiguas puertas originales de la fachada. “Todo lo que tenía alma tenía que quedarse”, afirma. Haciendo eco de sus propios diseños, los suelos del interior y del exterior son baldosas estampadas recicladas. Sólo encontró un par de baldosas en el mercadillo de Consell. “Le pregunté al hombre si tenía más y apareció con seis cajas”, recuerda.

Está claro que desde que se mudó a Mallorca, el tejido del hogar, del trabajo y de la creatividad de Mel se han entretejido perfectamente. “Ahora son la esencia de toda mi vida”, dice satisfecha.

Texto por Leon Beckenham | Fotos por Sara Savage 

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