Nadja Swarovsky

La transformación de una marca brillante que ahora vale miles de millones

Nadja nacio en Austria (1970), formada en Europa y EEUU donde obtuvo dos licenciaturas en Historia del Arte y en Lenguas Extranjeras por la Universidad Metodista de Dallas, Texas, seguidas de una especialización en diamantes por el Instituto de Gemología de Nueva York y diversos cursos en Harvard, Insead y Columbia sobre Marketing y estrategias de Comunicación.

Nadja Swarovski ha transformado la imagen de la empresa y ha creado varias áreas creativas para romper los límites del cristal y usarlo de una forma nueva y revolucionaria, donde participan diseñadores de la talla de Karl Lagerfeld, Ron Arad y Mary Katranzou, entre otros muchos. El pasado febrero más de 6,500 elementos de Swarovski decoraron el escenario de los Oscar de Hollywood 2012, ya por cuarto año consecutivo, y han añadido glamour al vestuario de la nueva película de James Bond, una franquicia con la que colaboran desde hace años.

Nadja, ¿cómo comenzó el imperio Swarovski?
En 1892 Daniel Swarovski, mi tatarabuelo que era de origen checo, inventó una revolucionaria maquina eléctrica de corte de cristales, que le permitió fundar su empresa en Wattens, Austria, con el lema de “mejorar constantemente lo que es bueno”. Desde entonces la empresa se ha posicionado como líder mundial en la industria del cristal y ha aplicado su talento a las joyas, la moda, los accesorios, la iluminación y diseño de interiores, la cultura y el I+D. Me fascinaban las historias que me han contado mis padres sobre las colaboraciones de Swarovski con Coco Chanel, Christian Dior y Elsa Schiaparelli.  Hoy en día, Swarovski viste a una infinidad de celebrities, desde Beyoncé a Dita Von Teese y a innumerables estrellas de Hollywood.

¿Cómo ha evolucionado la empresa?
En la actualidad, el grupo Swarovski  tiene un volumen de ventas de 2,66 billones de euros, cuenta con más de 28.000 empleados, produce en 8 países tales como Austria, China, República Checa, India, Jordania, Liechtenstein, Tailandia y EEUU con una distribución global en más de 42 países con representación en todos los continentes.  La compañía produce más de 50.000 diseños anuales de excelente calidad, y posee más de 1.800 tiendas en todo el mundo incluyendo boutiques insignia en Tokio Ginza, París, Peace Hotel de Shanghai y la londinense Oxford Street. En España Swarovski opera 120 boutiques.

Al terminar tus estudios, ¿te incorporaste a Swarovski inmediatamente?
No, me fascina el arte, así que comencé trabajando en Larry Gagosian, una de las galerías de arte más influyentes y poderosas del mundo. De ahí pasé a trabajar con Eleanor Lambert, la legendaria relaciones públicas de moda de Nueva York.

Eres miembro de la Junta Ejecutiva y has cambiado la imagen de la empresa y de las tiendas.
Con la ayuda del arquitecto japonés Tokujin Yoshioka hemos creado Crystal Forest, un nuevo concepto de tienda. Somos más modernos y hemos sustituido los tradicionales azul y rojo de la  firma por el cristal blanco y el acero, convirtiendo el establecimiento en una experiencia cristalina centrada en el placer de los sentidos. Es una estrategia de ventas cambiar el entorno comercial, pues se ha probado que la psicología y la arquitectura van muy unidas para crear el ambiente perfecto que inspire al comprador. Próximamente, todas las tiendas tendrán que cambiar su estética.

También creaste Atelier Swarovski y el Centro de Servicios creativos.
Esto fue lo primero que hice en Swarovski. Me fascina la historia del arte y así encontré mi lugar en la firma; convirtiendo el cristal en un objeto de arte. Estuve trabajando en Hong Kong para Swarovski y fue muy inspirador. A los chinos les apasiona el cristal. Al volver a Nueva York abrí el primer showroom y dos veces al año presentamos toda una línea de joyería con diseñadores como Christopher Kane, Proenza Scholer o Doo Ri, entre otros.

¿Qué nuevos proyectos tienes?
Continuaremos trabajando en los Oscar de Hollywood con los que llevamos colaborando ya cuatro años. También con Crystal Palace, un proyecto que creé yo para innovar en el campo de la iluminación, y donde además se reinventa el chandelier. Han colaborado con nosotros diseñadores como Zaha Hadid, Yves Bhar, Tom Dixon, Ron Arad, Humberto Campana y muchos más. Estamos preparando la nueva exhibición para Miami Basel y Salon Mobile de Milán y próximamente queremos expandirnos en Asia. Seguiremos colaborando en cine y televisión y quiero desarrollar más la faceta humanitaria de la firma constituyendo la Fundación Swarovski que reunirá además de otros nuevos, los proyectos en los que ya colaboramos, casi todos de apoyo a la mujer y a los niños.

Con tanto trabajo, ¿es difícil llevar una familia?
Tengo mucha ayuda en casa, pero a pesar de que viajo a menudo, cuando estoy en casa, me despiertan siempre por la mañana y paso tiempo con mis tres hijos a solas e individualmente, para saber como le va a cada uno de ellos. Mi marido y yo tenemos varios compromisos pero intento ir sólo a lo necesario y poder llevarlos a la cama cada noche.

¿Qué haces en tus ratos libres, si los tienes?
Ya sabes que estudié arte, así que suelo llevar a mis hijos a los museos y les encanta. Es bueno llevarlos muy pequeños por el impacto creativo que les supone y eso queda para siempre. Curiosamente, observar arte me pone contenta.

¿Cuál es tu relación con Mallorca?
Mis padres pasan temporadas en Mallorca desde hace muchos años. Comenzaron a ir invitados por unos grandes amigos suyos que viven en Valldemossa y terminaron comprándose su propia casa en la costa norte de la isla. Cada vez tenemos más amigos que deciden pasar tiempo en la isla o comprar una casa.  A toda la familia nos encanta el color del agua en Mallorca y la tranquilidad. La considero mi segunda casa.