Sonriendo y riendo bajo la luz ambiente de la terraza del jardín, los reflejos de la piscina bailando en su cuello y en sus muñecas, saliendo perfectamente de su colgante de oro rosa y de sus pendientes de malaquita. Esta era una de las mujeres que atraía miradas de admiración en la fiesta del 90 aniversario de Nicolás Joyeros, un acontecimiento deslumbrante en una romántica finca de Mallorca. Su espíritu, y el espíritu alegre de la noche, resumen todo lo que Nicolás Joyeros representa.
La mujer que lleva Nicolás Joyeros no solo adorna su piel con un objeto maravilloso; sino que además es propietaria de una pequeña parte de la historia, la herencia y el romance del Mediterráneo; un conjunto perfecto. Para esta casa de diseño de tres generaciones, desde sus humildes comienzos hasta su presente encarnación como fabricante de ‘objets d’beauté’ altamente deseados, constituye una pura celebración de Mallorca en su estado más puro: apasionada, despreocupada e incontrolable.
Desde el comienzo del pequeño taller de Nicolás Pomar en Palma en el año 1925 hasta la presentación de las joyas de la Corona Real al Rey de España a finales de siglo, su historia se lee como una fábula mallorquina, la saga de la familia Pomar entrelazándose en la historia de la isla como uno de sus brazaletes de diamantes de diseño etéreo.
Entrar en la tienda del Paseo de Borne, que evoca los años 20 con su madera oscura, su latón dorado y sus espejos, es como escaparse por un momento a una época más elegante, con un sentimiento emocionante que solo puede evocarse a partir del lujo más exquisito y el largo linaje.
Creando joyas a medida, los maestros artesanos de Nicolás Joyeros combina tradición y modernidad con una destreza admirable. Sus colecciones prêt-à-porter hechas a mano están diseñadas para ser piezas eternas, celebrando el sentido más alegre de la vida, y la boutique de Palma ofrece prestigiosos relojes suizos de diseñadores como Breitling, aportando una dimensión completamente nueva.Todo aquel que tiene el placer de haber sido dotado con Nicolás Joyeros se une a la realeza de los famosos, a las personalidades españolas y a una élite internacional, todos ellos atraídos por su estimulante glamour y dulce alma mallorquina, un grupo verdaderamente admirable.