Conoce al fotógrafo de Vogue Alberto Van Stokkum

Uno de los fotógrafos españoles más conocidos comparte con nosotros su amor por el arte y por Mallorca

Cuando le preguntan si hay algo que no le agrade de su profesión, Alberto Van Stokkum se queda en blanco. Simplemente no puede pensar en nada negativo acerca de la experiencia de ser uno de los mejores fotógrafos. ¿Y por qué tendría que ser de otra manera?

La vida de uno de los mejores fotógrafos de España es un demencial torbellino de viajes y disparos de una creatividad excepcional mientras hace fotos para las sesiones fotográficas de moda y las campañas publicitarias. Las chicas a las que retrata con su cámara son bonitas, acude a lugares fascinantes y disfruta de una libertad creativa sin límites. A veces, incluso duerme.

Conocido por su estilo salvaje y experimental, Alberto captura el lado más divertido y pícaro de sus modelos, gracias a su don para desinhibir a las personas.

“Solamente se puede conseguir frescura y naturalidad creando una atmósfera positiva en el estudio, así que es esencial que la gente disfrute y se lo pase bien en mis sesiones”, comenta. “A menudo no es conveniente para una modelo alargar la sesión así que intento que mis sesiones sean cortas pero intensas”.

Cuando nos reunimos con él está haciendo una parada entre Madrid, Palma y Barcelona, alojándose en el hotel ME Mallorca durante menos de 24 horas antes de tomar otro vuelo. Una de sus últimas colaboraciones es con el grupo hotelero Meliá, que se caracteriza por su dinamismo y su joven mentalidad, y ello implica que los ojos de los huéspedes se dirigan al instante hacia los trabajos rebosantes de energía de los hoteles de Madrid, Miami y la recepción del hotel de Magaluf.

Se encuentra en la isla para acudir a la fiesta de apertura del hotel completamente renovado con toques de South Beach que se encuentra en la capital de la fiesta mallorquina, y este fotógrafo de 36 años de edad se enfrenta a que le hagan fotos a él con diversión y humor.

Si existe algo que atestigüe la cara más madura y sofisticada de Magaluf es la panorámica desde la gran terraza del ME esa noche. Nikki Beach se encuentra a la izquierda; el reluciente Mediterráneo se pierde en el horizonte y, frente a una espléndida puesta de sol, un grupo de más de 500 invitados se divierten en este ambiente playero y glamuroso al ritmo de la música de famosos DJs.

Una exposición de las fotografías de Alberto sigue abierta como muestra de una interpretación simbólica del nuevo espíritu. Entre ellas, cabe destacar la icónica fotografía de una chica languideciendo sobre el capó de un Maserati amarillo. Si se hubiera podido proyectar 25 años en el futuro cuando era joven, mientras crecía en Palma, hasta verse en el momento actual, esa imagen le hubiera dado incluso más motivación para perseguir su sueño, aunque es cierto que no le hizo demasiada falta.
“Me atraía todo lo relacionado con la fotografía. Recuerdo que exponía fotografías en casa de un amigo y esa experiencia me resultó tan mágica que me cautivó para siempre”.
Nacido y criado en el barrio de Génova, de madre española y padre holandés, Alberto comenta que tuvo “una infancia maravillosa, únicamente con buenos recuerdos. Sobre todo me acuerdo de las playas en las que pasábamos los veranos”.

¿Qué hace para relajarse y desconectar de la locura? “Siempre que vuelvo a Mallorca me gusta subir al Castell D´Alaró. Es mi forma de desconectar totalmente. También me encantan Ses Covetes y Cala Es Carbó”. Hace una larga pausa mientras reflexiona acerca de su situación antes de comentar, con sincera convicción:

“Sé que soy increíblemente afortunado de convertir mi mayor pasión en mi forma de vida. Es lo mejor, y si algún día me pierdo simplemente paro y recuerdo el camino que recorrí hasta estar donde estoy hoy”.
“Realmente no puedo pensar en algo malo que decir”, comenta riendo, claramente divirtiéndose tanto como una de las impresionantes modelos de sus fotos”.

Fotos: Jonatan Barzola & Alberto Van Stokkum