Jeremy Harbour – El Emprendedor

Jeremy Harbour

Jeremy Harbour es lo que muchos jóvenes desearían ser: atractivo, seguro de sí mismo, y, aunque nunca sería tan vulgar como para mencionarlo, bastante rico. Sin embargo, a sus 38 años de edad, ha sufrido más altibajos que muchos para convertirse en un empresario de éxito. Al contrario de muchos que se creen ser emprendedores, Jeremy no nació en una cuna de oro; todo lo que ha conseguido en la vida ha sido gracias a su dedicación y trabajo.

Nació en una familia muy unida de granjeros, de clase media, en Dorset al sur de Inglaterra. Los Harbours un día sufrieron una terrible y repentina fatalidad. “Cuando tenía unos 10 años murió mi hermano mayor, Christopher, de repente y por ninguna razón evidente” recuerda. “Hoy en día lo llaman el síndrome de muerte súbita del adulto.”

Al poco de esta tragedia familiar, el padre de Jeremy perdió su negocio de agricultura. “Mis padres se vieron forzados a vender la casa familiar y fuimos de ser una familia feliz a que de repente el mundo se nos había vuelto al revés y tuvimos que empezar de cero”, asegura. Me pregunto si estas incidencias han influido sobre la personalidad de Jeremy. “Supongo que en retrospectiva fue una gran lección sobre la resistencia, independencia y cómo la vida a veces te manda grandes e inesperados retos,” dice él.Nunca le fue bien el colegio, sufría de dislexia leve y se moría por escaparse de la monotonía y de los límites escolares para empezar a vivir su vida. Como sus padres le habían enseñado a seguir unas éticas de trabajo muy estrictas (nunca le dieron una paga y sólo le daban dinero si había trabajado para ello), Jeremy empezó a ejercer de ‘comerciante’ desde muy joven,comprando y vendiendo entre amigos del colegio, dando sus primeros pasos como magnate de los negocios.

A los 18 años consiguió convencer a su banco que le prestaran algo de dinero e inauguró un salón recreativo, a base de máquinas de segunda mano. ¿Y qué pasó? Jeremy me sonríe con ironía. “Duró casi un año,” dice.

“Lo perdí todo y tuve que volver a casa de mis padres. Había fracasado, la mayor pesadilla de todo emprendedor.”

En vez de desmoralizarse, este primer y no último fracaso pareció darle más energía al joven Jeremy que, en poco tiempo, ya estaba intentando sacar adelante nuevos planes e ideas.

¿El fracaso acabó con tu confianza? ¿No acabaste con la moral por los suelos? “No, y no debería ser así,” responde. “Un niño no puede andar en seguida, se caerá muchas veces y sólo así aprenderá a andar. Lo que tienes que hacer si buscas alcanzar el éxito es aceptar el fracaso, celebrarlo y convertirlo en algo que funcione para ti. No hay nada más debilitante para un negocio que el miedo al fracaso.”No estoy convencido pero Jeremy es muy persuasivo. Sin embargo, si alguien está intentando alcanzar el éxito en su negocio pero carece de la seguridad y del entusiasmo de Jeremy, sospecho que puedan caer rendidos bajo la presión de las expectativas. En la vida he leído un libro de ‘auto-ayuda’, y por supuesto ningún libro de auto ayuda en el negocio. ¡Me dan escalofríos sólo de pensar en todas esos clichés sin sentido y pedantes pronunciamientos en 500 páginas de prosa aburrida! Sin embargo, acabo de leer Go Do!, el libro de 200 páginas que ha escrito Jeremy y tengo que decir que es excelente.Aparte de leer el libro de una sola tirada, entendí lo que decía; y hasta me atrevo a decir que me inspiró. Al leer Go Do! pensé que quizás Jeremy se haya equivocado de profesión. Sé que no es muy glamuroso ser profesor, pero la verdad es que se le da muy bien. En otro de sus proyectos fundó The Harbour Club, en 2009, un centro que proporciona formación para emprendedores que quieren comprar y vender negocios.

Jeremy cree en un mercado liberal y en los gobiernos poco intervencionistas, odia los sectores públicos agrandados que dependen del estado y desprecia a los políticos quienes a su ver están hipotecando el futuro de nuestros nietos. En más de 20 años de carrera Jeremy ha fundado muchas empresas y ha desarrollado una organización de hasta 130 empleados con ingresos de 15 millones de dólares. Recientemente ha comprado más de 30 empresas.

El hogar preferido de Jeremy es su chalet con vistas al Puerto Andratx. Hace de patrón de su propio barco y actualmente está estudiando para sacarse el permiso de piloto de avión privado. ¿Qué le hace feliz? “Mallorca es mi hogar; me encanta estar aquí,” dice. “Mi vida es bastante nómada, así que cuando estoy aquí me encanta recibir visitas constantemente; nunca estoy sólo.” Como dice un colaborador anónimo en Go Do!: “Jeremy no sólo no se dejar guiar por las reglas del convencionalismo, si no que para él no hay convencionalismo.” ¡También se ha ganado mi admiración y respeto, junto a unos celos más que razonables!

GO DO! Por Jeremy Harbour y publicado por Capstone está a la venta en librerías y online.