Fue en el pueblo rural de Alaró donde los caminos de tres artistas danesas se cruzaron inesperadamente. Dada la escasa comunidad danesa en Mallorca, su encuentro ya parecía atípico, y más aún en un lugar tan tranquilo. Por lo tanto, no fue una sorpresa que desde el principio Katrin, Mónica y Anja compartieran un vínculo mágico. La herencia cultural, el idioma y la cocina se compartieron con agrado, pero fue su profunda pasión por la creatividad lo que las unió. Su amor por el arte las llevó a compartir el trabajo de otros artistas de la isla y, finalmente, a crear The Beehive de Alaró.
Una visión compartida
El proyecto comenzó como un mercado de arte en el estudio de Katrin. Una antigua fábrica de zapatos con increíbles ventanales y una sensación de crudeza minimalista, el lugar perfecto para que los creativos y artistas locales mostraran su trabajo. Empezó siendo pequeño, pero como recuerdan las tres mujeres, el proyecto “creció a partir de una visión compartida que no podíamos ignorar”. Su idea de The Beehive comenzó como una invitación abierta, que permitía a otros artistas acudir a presentar su trabajo. Aunque, dado que Katrin, Monica y Anja son artistas, las tres mujeres no vieron límites a la hora de difuminar las líneas. “No era realmente un mercado ni tampoco una exposición. Era simplemente un espacio para que se reuniera gente internacional y local”, dice Anja, que bromea diciendo que Katrin acogió a la mitad de Alaró en su estudio de trabajo.
Con el paso del tiempo, las mujeres se dieron cuenta de que sus reuniones mensuales eran cada vez más numerosas. Se corrió la voz desde Alaró a otros pueblos, hasta que artistas de todas partes se aventuraron a unirse a la reunión. “Cada vez que llegaba alguien, aportaba algo nuevo a la mezcla”, dice Mónica. Siempre estaban en contacto con artistas locales, felices de sugerir nuevas formas y técnicas. Las ramas, la iluminación y el alambre fueron ejemplos de lo que Anja dice: “se utilizaron para reflejar la energía en el espacio. De un puesto a otro, siempre encontrábamos alguna forma única de presentar a cada artista”.
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Recrearse a sí mismo
Cuando se les pregunta por qué la isla es tan atractiva para los creativos, las tres se miran y sonríen. Katrin explica primero. “La gente no viene a Mallorca para hacerse banquero o trabajar para el gobierno. La isla ofrece esta oportunidad de recrearse a partir de la nada. Yo lo llamaría una vida sin raíces: la mejor base para la creatividad”. Mónica y Anja están de acuerdo. “Todo el mundo tiene una historia que contar de trabajos anteriores en otros países. Es una isla de múltiples vidas”, confirma Anja. “Para mí, Mallorca es intrínsecamente femenina”, añade Katrin, “basta con mirar la naturaleza, está viva con una energía femenina. Por eso se siente tan creativa”.
Desde marzo de 2020, las mujeres han interrumpido sus reuniones debido a la COVID-19, pero The Beehive de Alaró continúa online. Prevén poner en marcha pop-ups en el futuro e incluso organizar un festival The Beehive. Sin embargo, hasta que llegue el momento, las tres mujeres están ocupadas trabajando en sus propios proyectos. Las multitudes que disfrutan del ambiente de The Beehive con música, comida callejera, ginebra casera y arte parecen ahora casi impensables. Las tres mujeres admiten que “nunca volverá a ser como antes”. Por ahora, su trabajo es seguir mostrando las mentes artísticas más brillantes de Mallorca (a través de Instagram y Facebook) y animar a la gente a comprar en la localidad. “El aspecto humano es importante para nosotras, es por lo que se creó The Beehive: para conocer realmente a la persona que está detrás del arte”.
Photos by Sara Savage & Alaró Beehive
