“Siempre estoy buscando la siguiente pieza deslumbrante”

Drew Aaron sobre el arte instintivo

Pasamos de una calle de Palma a la oficina del propietario de Gallery Red, Drew Aaron, y sentimos que fácilmente podríamos estar en la ciudad de Nueva York. Es un espacio innovador, con paneles de vidrio y arte contemporáneo. Cada pieza invita a la observación y, con ello, comienza nuestra conversación. Drew señala hacia un Damien Hirst que hay en un rincón y luego hacia otra pintura que tiene sobre la mesa. “Ésta ha llegado hoy. Y no se va a mover de aquí”. La levanta con delicadeza y sonríe. Hay una red invisible que conecta cada una de sus obras, un diálogo que, a su decir, es el secreto de toda gran galería de arte.

Nos sentamos y Drew se muestra tan expresivo como el arte que lo rodea. Es dinámico y apasionado, rasgos que retrotraen a su anterior carrera en Estados Unidos. Le preguntamos por la elección de las piezas para Gallery Red y responde con una sola palabra: “Instinto”. “En cinco segundos, puedo ver si es una pieza que me gustaría tener”, dice apuntando a varias obras que no dejan indiferente. Saca su móvil y comenta que mantiene contacto con diez nuevos artistas, y no por teléfono o correo electrónico, sino por WhatsApp. “Ésta es una actividad basada en las relaciones… Siempre estoy buscando esa pieza con factor guau”. Hace una pausa antes de continuar. “Compro para la galería como lo hago para mí mismo; solo compro lo que me gustaría tener en mi propia casa”.

Se despierta nuestra curiosidad. “¿Cómo se organiza una exposición de piezas con factor guau?”. Sonríe. “Hay que fijarse en cómo los artistas hablan entre sí, en la yuxtaposición”. Es un proceso lento, de mezcla y emparejamientos, de “prueba y error”. Drew menciona una experiencia de hace poco, cuando ideó la disposición entera de una exposición y luego la descartó por completo. Se acomoda en la silla. “Las cosas a menudo empeoran antes de mejorar”. Sonreímos; eso puede decirse en muchos casos.

Cuando preguntamos por la elección que sus clientes hacen, Drew indica que el proceso es muy similar. Hace falta tiempo para encontrar la pieza adecuada, así que él deja que se lleven la obra a casa antes de tomar una decisión. Señala con gestos las piezas a su alrededor y no podemos dejar de examinarlas una vez más. La obra que vimos antes sobre su mesa nos llama la atención y nos maravillamos con sus diminutas pinceladas. “Hay tanto detalle que podría ser… ¡una fotografía!”, exclamamos. Drew asiente con la cabeza. “Hugo Alonso es simplemente increíble, ¿no?”. Inclina el cuadro hacia la luz y pronuncia dos palabras: “Pieza guau”.

Photos by Sara Savage

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