¿Cómo infundir la sensación de mar? ¿De movimiento suave y espacio abierto? Ese fue el dilema de diseño al que se enfrentó Alejandro Palomino tras escuchar las necesidades de sus clientes en Santa Ponsa. Para dar la ilusión de una forma líquida a esta casa familiar de 6 dormitorios, Alejandro se asoció con los directores del proyecto APM Mallorca. Juntos, las dos empresas trabajaron el motivo curvo del mar en el posicionamiento, reflejando las bahías cercanas de Cap Negret y las Islas Malgrat.
Elementos cúbicos y bordes redondeados
Para lograr un impacto inmediato, Alejandro decidió trabajar con el contraste. Mientras que el chalet se asienta en forma de curva, la composición se compone en gran medida de líneas y aristas. Esta yuxtaposición se ve claramente entre los dos niveles. En la planta baja, el exterior se ve favorecido por mucha piedra y cristal. En el segundo nivel, Alejandro apuesta por una mezcla más variada de estructuras. Cubos, semicírculos y diagonales se fusionan para crear un contorno impresionante, que es a la vez perfecto (para crear fluidez) y separado (para infundir carácter individual). La limpia fachada blanca da unidad al edificio, pero si se observa más de cerca hay un impresionante número de formas contrastadas en juego.
Una cascada de tres metros de altura
Bajo el tejado en forma de ola, cada habitación se funde con la siguiente. El salón y la cocina se levantan sobre pilares tubulares, integrados en el jardín. Los grandes paneles de cristal aportan mucha luz y destaca una fuente de agua que cae desde la terraza principal a la piscina. A tres metros de altura, el agua se vierte desde el segundo nivel creando una conexión líquida entre las dos plantas.
Debajo, se ha creado una acogedora zona de asientos que propicia muchos momentos de relax junto al agua. Ya sea junto a la piscina, junto al mar o entre sus paredes líquidas, Alejandro ha dado a esta familia de Santa Ponsa mucho “flujo” para disfrutar.
Fotos de APM Mallorca
Texto de Rosie Foot
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