El reducido espacio, que Salva Gianfreda abrió en febrero de 2018, te acoge con un ambiente relajado y pronto te olvidas del ajetreo que te trajo aquí. Tiene música ambiente de la buena y una atmósfera de privacidad. Sobre tonos blancos, despunta el suave amarillo de las sillas y el verde de las plantas. Pero sobre todo es el propio Salva quien hace que la experiencia se inicie con calidez y confianza. “La acupuntura es algo más que agujas –dice–, y no aborda solo el dolor. Es más profunda y abarca todo el sistema médico chino, así que puede tratarse cualquier cosa, dieta, piel, problemas ginecológicos, salud mental y también física”.
Originario de Suiza, Salva se estaba forjando una carrera como ejecutivo en el campo del marketing cuando se trasladó a Japón a principios de los noventa. Siempre le había interesado la filosofía oriental, incluidas las artes marciales, y entonces se aficionó a la arquería japonesa, al Kyudo, considerada por muchos como un modo de meditación. Cuando un amigo le sugirió que se tratara un dolor de espalda con acupuntura, quedó fascinado de inmediato y, por curiosidad, empezó a aprender medicina china. Tras varios años en Japón, se mudó a Barcelona y visitó por primera vez Mallorca. “Enseguida me encantó la energía de Mallorca; me sentí rápido como en casa”, cuenta.
Como quería hacer un cambio en su vida y dejar el mundo ejecutivo, Salva decidió seguir su pasión: la salud y la medicina china. Estudió un grado de cinco años en Biología Humana y Medicina China en la RMIT University de Melbourne (Australia). “Me cambió la vida matricularme y estar de nuevo con otros alumnos”, explica. Luego se quedó a trabajar con su mentor en Australia, antes de decidir venirse a Mallorca en 2017, algo que tenía en mente desde sus primeras visitas a la isla de los años noventa. Sabía que quería iniciar su práctica aquí.
“España lleva un retraso de unos cincuenta años con respecto a países como Australia, Estados Unidos o Canadá en aceptación de la acupuntura y la medicina china”, y eso es algo que Salva espera cambiar. Sus clientes son españoles y extranjeros, de diversas edades. “La gente tiene que entender que la medicina china y la acupuntura son terapias naturales, así que es posible que los resultados se vean más tarde, pero el tratamiento no tiene efectos secundarios, como a menudo ocurre con la medicina occidental”. Salva valora el problema de cada cliente y encuentra el tratamiento adecuado. Además de acupuntura, la clínica ofrece tratamientos con ventosas, hierbas medicinales, nutrición y Gua Sha. No es un remedio pasajero, sino un proceso holístico que cura y fortalece.Hay bonos de 5-10 sesiones con descuento o se puede pagar por sesión. “Mi pasión es la salud y mi compromiso, ver cómo los pacientes mejoran. Me gustaría ayudar a tanta gente como sea posible”.
Photos by Sara Savage
Contacto
