Todo empezó cuando Pedro Campaner, Técnico Agrícola y Paisajista recién licenciado, decidió dar un salto de fe y convertir su afición a imaginar y crear jardines inspirados en la belleza natural de Mallorca en un fructífero negocio con tan sólo 18 años. Pedro cree que, a pesar de sus humildes comienzos, es su visión a largo plazo lo que le ha llevado a él y a su empresa de jardinería S’Estepa a donde están hoy.
Es paisajista por naturaleza, pasa sus viajes con la mirada puesta en las copas de los árboles, las flores y los diseños de los jardines de las plazas y lleva la pasión de su vida, y su negocio, allá donde va, tomando nota de nuevas especies y manteniendo viva su perenne curiosidad.
Sólidas raíces y principios
La pequeña iniciativa empresarial que inició en solitario ha florecido hasta convertirse en una gran empresa de jardinería con una flota de más de 15 jardineros. Junto con su mujer, Blanca González, que se ocupa de la parte administrativa, y la directora de proyectos, Sofía Grimaux, la empresa está preparada para poner en marcha su nueva rama de diseño de jardines, S’Estepa Design, dirigida por el genio creativo de Pedro.
El crecimiento constante de S’Estepa está marcado por el compromiso hacia los aspectos técnicos de la profesión, así como por el desarrollo de una buena ética de trabajo y relación con los empleados. “Si no desarrollas estos dos aspectos simultáneamente, una empresa no puede crecer”, señala Pedro, muy orgulloso de cómo la estructura no lineal de la empresa permite a los trabajadores desarrollar todas sus habilidades e intercambiar roles sin jerarquías.
S’Estepa no sólo se centra en la relación con las personas, sino también con la tierra. El propio nombre es un homenaje al amor que Pedro siente por su tierra natal, Mallorca, ya que la estepa es una planta típica mediterránea, famosa por su resistencia, que florece de forma natural en los bosques de la isla.
El florecimiento de una visión
Al abordar un nuevo proyecto, la comunicación es crucial. El equipo se asegura de tener una idea clara de la visión que tiene el cliente, y entonces empieza la magia. Pedro enfoca la creación del diseño de un jardín como un proceso creativo innato para transformar las preferencias del cliente en elegantes jardines de exterior, terraza o interior.
Se realiza un estudio para determinar las características del terreno y su microclima para garantizar que el jardín se convierta en una extensión del paisaje mallorquín de la forma más sostenible posible. “Intentamos utilizar especies endémicas, pero también jugamos con variedades exóticas que puedan adaptarse a este clima, al final, esto es un arte”, explica Pedro. Una vez establecida la visión del diseño, Sofía la recrea en un diseño realista en 3D que retrata el resultado final.
“Los jardines pueden tardar años en convertirse en el concepto final, por eso es importante tomárselo con calma y respetar el ritmo de la naturaleza”, reflexiona, como refiriéndose también a la trayectoria de S’Estepa hasta convertirse en la empresa de jardinería y diseño que es hoy.
Texto por Fátima Carasol | Fotos por Jonatan Barzola