Al llegar a la hermosa casa en el campo de Melissa y Maël —la pareja detrás de YESS Experience— me sorprende la atmósfera de calma. La quietud se siente nutritiva. Su bebé de cinco meses, Koa, me mira con curiosidad, contento, como era de esperarse, en un santuario tan seguro y hermoso. Melissa describe el momento en que sus vidas cambiaron de una rutina corporativa estresante a una basada en la música y la atención plena. Todo comenzó, como muchas transformaciones, con una sensación de agotamiento. Respondiendo al llamado de detenerse, Melissa tomó un año sabático durante el cual visitó Ibiza y una amiga le recomendó asistir a un concierto de Awaré. “Lloré. Reí. Bailé… Me quedé pensando, ¿qué acaba de pasar?”
La Necesidad de Compartir
La experiencia de escuchar al dúo musical de Serbia y Argentina fue tan profunda que Melissa regresó a su nuevo hogar en Mallorca, decidida a traerlos a la isla para que sus amigos más cercanos pudieran compartir esa magia. Maël la apoyó en todo momento mientras ella se embarcaba en la organización de ese primer evento, que supuestamente sería único. “Tienes que experimentarlo para entender lo que está pasando, porque es mucho más que un concierto,” nos dice Melissa, y añade, “literalmente ocurre sanación y conexión.”
Ese primer evento atrajo a 150 personas y la respuesta fue abrumadoramente positiva. “No planeábamos iniciar todo un movimiento, pero fue simplemente tan hermoso ver cómo la comunidad se unió de una manera tan fuerte. Hubo un momento en que todos estábamos tomados de las manos formando un círculo. Fue realmente precioso ver cómo la comunidad de Mallorca se unía.”
Un Movimiento de Amor y Paz
Desde ese primer concierto, Melissa y Maël han seguido diciendo “sí” al flujo del universo, siguiendo lo que se siente alineado y auténtico. Uno de esos momentos fue conocer al músico Ape Chimba en un café de Ibiza, un encuentro serendípico que llevó a otro evento poderoso. Dos años después, su concierto más reciente contó con mil asistentes.
“Elegimos a los artistas más intuitivos porque todo se trata de co-crear con los participantes. Es sentir a la gente y tocar para adecuarse al momento,” explica Maël. “Eso es muy diferente a que un artista simplemente llegue a tocar su repertorio. A veces piden sonidos del público, quizás un aplauso o un bostezo… y lo integran en la canción. Esa es verdadera seguridad y confianza en tu creatividad.”
Además de la música, Melissa y Maël han construido una comunidad más amplia alrededor de sus eventos, invitando a artesanos locales y pequeños negocios ecológicos a compartir su trabajo. “Realmente queremos promover formas de vida locales y sostenibles. Se trata de crear un ecosistema hermoso y consciente,” dice Melissa. También hay retiros y una Cumbre YESS en el horizonte. En esencia, el movimiento que han generado trata sobre la conexión humana; algo cada vez más raro y profundamente necesario en el mundo de hoy.
“Creo que la gente está frustrada porque no sabe qué hacer y se siente impotente,” reflexionan. “No hay mucho que podamos hacer individualmente, pero solo con reunirnos y estar en esa frecuencia, tomar tiempo para apreciarlo, difundir amor y estar en ese momento es muy sanador. Eso es bueno. Es mucho más que bueno.”
Para quienes buscan pertenencia, redescubrir su propósito y encontrar un sentido de paz, una experiencia YESS puede ser el comienzo de un viaje hermoso y conmovedor de transformación interior.
