Rosario Calvo siempre soñó con entregarse a la naturaleza, seguir sus ciclos y su flujo orgánico. Desde muy joven se sintió en sintonía con sus instintos naturales, eligiendo escuchar su instinto en lugar de su cerebro. La comida jugó un papel importante en la formación de este carácter instintivo, que se vio reforzado por su educación en Chile. De niña, Rosario se sentaba frente a la puerta de la cocina y esperaba impaciente a ver qué se hacía. Sin embargo, la verdad es que se dio cuenta de que sólo podía entenderlo si se ponía a cocinar ella misma. Unas décadas más tarde, Rosario siguió sus instintos y aterrizó en Mallorca, donde exploró el poder de la alimentación vegetal.
Un jardín biodinámico
En una tranquila finca en Sant Joan, Rosario ha creado un lugar sagrado donde “la curación natural y la vida orgánica son la base”. Tras un tiempo trabajando como cocinera natural y terapeuta de esencias florales, Rosario sintió que necesitaba un espacio físico donde sus clientes pudieran reconectarse. “Siempre había soñado con poder hacer mi trabajo terapéutico en la naturaleza, donde mis clientes pudieran sentir que realmente podían respirar”. Por esta razón, Rosario quiso asegurarse de que ese jardín fuera totalmente biodinámico, orgánico y libre de pesticidas. “Para llevar una vida sana, tiene que haber este entendimiento entre nosotros, la tierra y lo que ponemos en nuestro cuerpo. Si dañas a la tierra, te dañas a ti mismo: ése es el ciclo que queríamos evitar”.
Construido con maquinaria no contaminante y en su mayor parte a mano, el huerto tardó casi un año en construirse. Rosario contó con la ayuda de su marido Jaime, que después de pasar la mayor parte de su vida laboral en la ciudad encontró una sorprendente paz en el trabajo manual. Su hija Agusta también la ayudó en la elección de las plantas. Como fundadora de su propia empresa de cosmética natural, Ruda Holística, Agusta se encargó de introducir muchas plantas medicinales para utilizarlas como base de sus productos de cuidado de la piel. “La idea es que Agusta y yo ofrezcamos el servicio completo de autocuidado natural”, apunta Rosario.
Mallorca medicinal
Todas las plantas elegidas por la familia tienen propiedades medicinales y son autóctonas de las Islas Baleares. Algunos ejemplos son el hipérico balear, que se encuentra en la Sierra de Tramuntana y que se utiliza por su aroma alegre y edificante. Otro es el Hypericum Perforatum, también conocido como Hierba de San Juan, que Rosario utiliza para tratar la hipersensibilidad y la ansiedad. “Esta planta también es muy buena para ayudar a los niños que tienen pesadillas repetidas o que se sienten temerosos y asustados durante mucho tiempo”, añade.
De las más de 2.000 plantas autóctonas de las Islas Baleares, la Universidad de las Islas Baleares (UIB) afirma que al menos 1 de cada 3 puede ser calificada como medicinal o terapéutica. Saber esto ha empujado a Rosario a ampliar aún más sus conocimientos en el campo de los aceites, las hierbas y las tinturas. Ahora pasa menos tiempo en casa y más investigando el paisaje natural de Mallorca. Aunque nada la mantiene alejada por mucho tiempo. Su jardín es el centro de su trabajo, donde prosperan su familia, su trabajo y su bienestar. Tan lejano de la niña chilena que está frente a la puerta de la cocina, suplicando involucrarse más.
Fotos de Sara Savage
