Las antiguas calles de estilo medina y la arquitectura de influencia árabe que se encuentran en Palma y otras localidades de Mallorca aún dan fe de los siglos de dominación árabe, pero pocos edificios contemporáneos conectan con este aspecto de la historia de la isla. Por eso resulta tan estimulante y encantadora esta vivienda de campo, de la cartera de proyectos de Aquaquae, un establecimiento especializado en interiorismo situado en el Portitxol.
Fuera, la fachada de color terracota, la simetría de poca altura y la cúpula que corona el edificio crean una impresión inconfundiblemente norteafricana. La influencia marroquí también se hace notar en la importancia que se le ha dado a los espacios exteriores: la tranquilidad que proporciona el patio propio del riad se recrea con una fuente de agua cubierta de nenúfares, jardines elegantemente dispuestos y una larga piscina, presidida por un diván con un dosel adornado con muselina. Añaden un elegante toque retro unas tumbonas de los jóvenes diseñadores españoles de Lobster’s Day.
En el interior, las influencias marroquís dan paso a un ambiente más minimalista, con blancos rutilantes en las paredes y altos techos con vigas, que suponen un lienzo en blanco para numerosas obras de arte y fotografías contemporáneas. Como reflejo del exterior, la simetría también se halla en la elegante sala de estar, con sofás de cuero a juego y una gran estantería abierta, que aporta sensación de equilibrio e intimidad.
Un porche semicerrado, con unas persianas mallorquinas, ofrece un encantador espacio para comer. En toda la vivienda, la luz llena las habitaciones, iluminando sus limpias líneas, unos muebles antiguos y los suelos de hormigón pulido, que evocan el enyesado marroquí tadelakt. Los baños y cocinas también tienen hermosas piezas, de la elegante marca italiana Boffi.
El cliente quería una casa de campo cómoda y funcional, donde pudiera vivir una familia, pero que además permitiera a los niños experimentar el contacto directo con la naturaleza. Y como explica la diseñadora de Aquaquae, Cecilia Sagrera, se logró configurando toda la construcción alrededor de la terraza. Se creó una casa en el campo, añade, “para que una familia pudiera vivir en sintonía con la naturaleza, acompañada de una luz exterior constante”. Y el resultado es, sin duda, esclarecedor.