En este proyecto unos clientes ingleses encargaron a Jaime Salvá, un estupendo arquitecto de Mallorca, que llevara a cabo la reforma integral de una vivienda de los 70.
El diseño original estaba caracterizado por una geometría compleja, desprovista de ángulos rectos y niveles diferentes, unidos por escalones. El estilo estaba definido por balaustradas, arcos, mármol y colores melocotón. Los propietarios querían actualizar el carácter mediterráneo de la vivienda, mediante el uso de materiales locales y la tecnología domótica más avanzada.
El reglamento de gestión urbanísitca impedía ampliar la casa. Por ello, el reto consistía en redistribuir los espacios interiores, simplificando así la complejidad geométrica de los mismos.
Se creó una terraza chill-out, con el fin de utilizarla como cine al aire libre; se añadieron otro dormitorio y baño, y la cocina fue rediseñada y conectada tanto al salón como a las terrazas (trasera y principal).
Todos los materiales fueron actualizados con colores neutrales, incluyendo el “gris balear” de la antigua piedra caliza y suelos de roble en ciertas zonas.
Las balaustradas fueron reemplazadas por vidrio o metal; los arcos fueron eliminados, algunos balcones fueron añadidos y las zonas de apertura fueron ampliadas para aumentar la presencia de luz natural en la propiedad. La meticulosa distribución de la iluminación mejoró toda la propiedad.
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