Toni Oliver creció conociendo de cerca el negocio de la restauración, puesto que sus padres fueron los propietarios de La Lonja, en Port de Sóller, durante 25 años. Era un local frecuentado por el emérito Rey Juan Carlos, entre otros famosos clientes y de familias reales.
El padre de Toni adquirió una casa mallorquina con vistas al mar para su hijo de 18 años quien con tan sólo 19 años, convertiría la propiedad en su propio restaurante, Randemar.
Su vida cambió tras asistir como invitado a una boda en La Romana (República Dominicana), donde conoció a la norteamericana Cristina Egurrola, que después se convirtió en su mujer.
Al observar la fantástica decoración y diseño de este emblemático restaurante de Port de Sóller se puede apreciar la formación en moda y diseño que recibió Cristina en Miami.
Todos los años la pareja visita la ciudad más de moda de Florida y vuelven a Mallorca con ideas inspiradas en las últimas tendencias de los restaurantes norteamericanos, para mantener a Randemar por delante de sus competidores locales.
Durante 24 temporadas esta amable pareja y su equipo han conseguido que sus clientes se sientan tan felices que no duden en volver año tras año. Sus comensales provienen principalmente del norte de Europa y de Rusia y cabe destacar a la cantante estadounidense Barbra Streisand y a su marido James Brolin, que comieron aquí durante sus vacaciones en Mallorca.
Toni y Cristina han creado un restaurante formado por un fantástico comedor contemporáneo y una encantadora terraza, donde los clientes pueden desconectar de su frenética rutina y encontrar un poco de paz que invita a la relajación. “Queremos que cuando los clientes se vayan tengan la sensación de que han estado como en casa, incluso si han estado a miles de kilómetros de ella”, comentan Toni y Cristina.
El ambiente elegante, las bellas vistas al mar, la música relajante, la sabrosa comida mediterránea de temporada del chef Aleix Viada así como un buen servicio se combinan en este encantador lugar que ha ganado tantos corazones y ha creado gratos recuerdos durante más de dos décadas.
El cálido ambiente familiar es la clave del interés que suscita Randemar entre las personas que se encuentran de vacaciones, las que visitan el puerto o que piensan celebrar algún evento con familia y amigos.
“Te doy la bienvenida a mi mesa, mi historia, mi familia, y mi mundo”, comenta Toni. “Ponte cómodo”.
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