Aunque la mayoría de nosotros viajamos para relajarnos y sentirnos rejuvenecidos, la verdad es que la organización de las visitas turísticas, la elección de restaurantes, el alquiler del coche o la supervisión de las necesidades de los niños pueden hacer que las vacaciones resulten agotadoras. Aquí es donde entran en juego los hoteles Steigenberger: este grupo hotelero alemán, líder en el sector, es conocido por su dedicación al servicio y una filosofía única que prima el bienestar de cada uno de sus huéspedes.
Podrás encontrar el Steigenberger Golf and Spa Resort en Camp de Mar, junto al hoyo 18 del Golf de Andratx, a tan solo 250 metros de la costa mediterránea. ¿Suena bien? Espera, que aún queda lo mejor. Steigenberger es consciente de que las personas que están de vacaciones no deberían verse en la obligación de preocuparse por demasiadas cosas. Por eso, sus huéspedes solo tienen que pensar en elegir su marca de crema solar y optar entre la piscina o el mar.
Para ayudarte a aliviar dolores o molestias que traigas de casa, podrás beneficiarte de los diversos tratamientos de medicina estética y terapias que ofrece el Spa Centre del hotel, que cuenta con 1.400 metros cuadrados.
El club infantil permite que los más pequeños se independicen de sus padres durante la tarde o mañana, jueguen y hagan amigos. Si has venido a jugar al golf, el establecimiento no te decepcionará. Steigenberger cuenta con su propio centro de servicios golfísticos, a través del cual se pueden hacer reservas en cualquier campo de Mallorca, antes de desplazarse a la isla o al llegar a ella. ¿Eres aficionado al ciclismo? El hotel ahora dispone de un espacio gratuito para ti, que te permite guardar bajo llave tu equipo y también acondicionarlo. Además, puedes seguir ocho rutas ciclistas distintas que tienen su punto de partida en este establecimiento.
Como suelen decir, son “hoteleros apasionados”, que ofrecen a sus huéspedes “el pack completo: unas relajantes vacaciones, la posibilidad de sentirse rejuvenecido, una comida excelente y un maravilloso entorno”. No resulta difícil imaginar que los rostros de los huéspedes experimentan una auténtica transformación durante su estancia.
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