Isabel es una empresaria de moda fuera de lo común. No solo porque no ha estudiado diseño de moda, sinó porque en un tiempo récord ha conseguido crear una firma de éxito internacional con los más altos estándares de calidad. “Soy licenciada en Humanidades, así que mis pasos encaminados hacia la moda no sucedieron de un día para otro. Estuve varios años en Madrid involucrada en la organización de eventos culturales y varios proyectos en agencias de comunicación de moda y marcas de lujo.”, explica.
Act Series surgió de modo inesperado cuando visitó a unos amigos en Berlín y decidió de una forma totalmente impulsiva, quedarse a vivir en la ciudad. Inmediatamente después, el destino hizo que se encontrara con Alex, – CEO del showroom Label Agent –, y en una comida descubrieron que tenían un común entusiasmo por crear algo propio. De ahí que el nombre de la marca “Act” sea reflejo de esa espontaneidad. “Esa misma tarde nos pusimos a hacer un calendario de trabajo y al día siguiente ya venia a España en busca de proveedores. Fue una absoluta locura.”
En 2019 trasladaron sus “headquarters” de Berlín a Mallorca – pero conservan el showroom en Berlín, a donde Isabel viaja mensualmente para reuniones, entre sus visitas a fábricas y acudir a ferias en Paris, Nueva York o Japón. “Tenemos la suerte de disponer de un aeropuerto con cientos de conexiones. Eso me facilita mucho las cosas”, explica con su energía arrolladora, propia de quien sabe muy bien hacia donde dirige sus pasos.
Sin dejar de comunicarse ni un instante, con ideas que no paran de surgir mientras busca colaboraciones con otros diseñadores de la isla, esta mallorquina imparable y elegante, explica porqué Act Series es algo más que una firma de calzado. “No hay que olvidar la importancia de transmitir unos valores que van más allá de las prendas. La relación con otras corrientes culturales es un elemento diferenciador, que atrae a consumidores interesados en algo más que un artículo de moda y que buscan un producto y una marca con una historia detrás”. Así ha conseguido una imagen de marca y una identidad propia tan fuerte que ha pasado de vender en Alemania, Suiza y Austria a encontrarse en pleno proyecto de expansión a Japón, Corea y E.E.U.U, donde sus alpargatas son objeto de culto.
Todas las alpargatas tienen un lenguaje visual y una identidad inconfundible. Sus colecciones se ordenan por “Series”, no por temporadas y se someten a un estricto control de calidad. Están hechas a mano y cosidas siguiendo el método tradicional, con tintes 100% naturales y materiales en ante y cuero natural, proporcionando una suavidad sin precedentes, comodidad y un acabado de lujo. Se le nota el pragmatismo alemán al trasladar la alpargata, -el calzado mediterráneo por antonomasia-, a un estilo nórdico y acorde al ritmo de vida de la ciudad.
Con una clientela que apuesta cada vez mas por la calidad que por la cantidad, Isabel hace una reflexión; “La artesanía es un concepto vivo que generalmente resurge en momentos de cambio social revalorizándose frente al modelo de producción en serie. No se trata de volver atrás, sino de un concepto más fresco y emocional haciendo que la artesanía contemporánea se convierta en un diálogo entre la tradición y la innovación. En España, tenemos una gran industria y tradición en el calzado pero, aun así, hay fábricas que cierran cada día, ya que estamos demasiado acostumbrados a los precios de Inditex”.
Fotos de Sara Savage
