Junto a la bulliciosa Plaza Mayor hay una plaza que tiene un aire totalmente diferente. Pintoresca y tranquila, la histórica Plaça del Banc d l’Oli es el hogar perfecto para Medina Architecture, especialistas en el diseño del Casco Antiguo de Palma, así como de la estricta zona rural de Mallorca. Su fundadora, Sandra Umpiérrez, supo que era el lugar perfecto incluso antes de entrar. “Lo primero que sentí fue que me gustaba la energía”, dice. Unas altísimas puertas de cristal enmarcadas en negro metalizado aportan luz al elegante estudio, en el que las columnas originales se extienden desde el suelo metálico, con un acabado intencionadamente oxidado, hasta un techo de esbeltas vigas pintadas en blanco.
Retos y colaboración
Se necesita mucha paciencia y conocimientos técnicos para trabajar con edificios antiguos. Los problemas prácticos van desde la optimización de la luz natural hasta la instalación de aire acondicionado. Pero uno de los mayores retos es seguir el camino correcto para la obtención de la licencia. Sandra, natural de Uruguay, afirma que es una verdadera ventaja contar en su equipo con personas mallorquinas, pero también de otras nacionalidades. Aunque la excelente reputación de Sandra, adquirida tras doce años de experiencia en un reconocido estudio de Mallorca, fue parte de lo que impulso el éxito de Medina. Su equipo y ella trabajan en los proyectos a la par. “Somos un poco diferentes a otros estudios”, dice, “somos un estudio horizontal. No soy quien dice quiero esto, lo otro o lo de más allá. Cuando llega un proyecto, nos sentamos juntos y discutimos lo que el cliente necesita, no soy yo sola, la que traza la primera línea”.
Diseños históricos y rústicos
Sandra respeta mucho los elementos históricos y es experta en la integración de interiores contemporáneos y tecnología punta entre muros antiguos. En cuanto a las tradicionales casas rústicas en la isla, éstas transmiten la serenidad y la paz de un paseo matutino por el campo. Su estilo gustará a quienes busquen un santuario de armonía y funcionalidad, pero ella también es versátil y no antepone sus preferencias a los deseos del cliente. Considera que muchos clientes vuelven a ella precisamente porque sabe escuchar. “Mi cliente es más importante que mi estilo. No soy una escultora. Quiero una casa en la que alguien realmente desee vivir”, dice.
Gracias a una rigurosa formación en Sudamérica, Sandra tiene una gran capacidad técnica y se siente muy cómoda en una obra. De hecho, le encanta estar en la obra. Su padre y sus tíos tenían una empresa de construcción y ella pasó gran parte de su infancia acompañándolos. Sabía que quería construir casas incluso antes de conocer la palabra “arquitecto”. Su dedicación es incansable y necesaria en este campo, que puede ser muy complejo. “Siempre soy sincera con el cliente”, dice cuando hablamos de los plazos y las limitaciones de la construcción en el casco antiguo.
Al ver su portafolio, no hay duda de que sus exclusivas casas están creadas con gran habilidad y creatividad. Formar parte de la Palma histórica o sumergirse en el paisaje natural de Mallorca es algo por lo que sin duda merece la pena esperar.
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