En vivo, la artista Amparo Sard es más alta, mide más de 1,80 m, tiene una esbelta talla de bailarina y unas manos sorprendentes. Sard guarda más que un parecido pasajero con Angelina Jolie (más bien una gemela española más tierna) con el interior de Sissy Hankshaw de la clásica novela de Tom Robbins, Even Cowgirls Get the Blues.
Una autodenominada adicta al trabajo que está «explorando temática de energía, tensión física y conexión humana», en la última década la prolífica artista de Mallorca ha realizado más de 30 presentaciones internacionales, desde Nueva York hasta Beijing.
Cuando le preguntamos si se considera una artista feminista, se le iluminan los ojos, pero después se queda pensativa. «Todo el mundo ha nacido con algo dado, y yo nací siendo mujer. El subtexto de mi obra es que hay mujeres en el arte, pero no es mi propia historia, mi obra no trata sobre mi vida propia, representa algo universal».
Amparo Sard se crio en el pintoresco pueblo de Son Servera, una pequeña localidad cerca de la costa este de Mallorca que ha germinado algunas de las personalidades femeninas más creativas de la isla. La diseñadora de moda Rosa Esteva, de Cortana, es de allí, y la famosa ceramista Maria Antònia Carrió tiene su estudio en el centro del pueblo.
Durante su infancia, Sard estudió ballet, gimnasia, música, y en el colegio era muy buena en física y matemáticas. Sus padres animaron a todos sus hijos a explorar aquello que les interesaba, permitiéndoles así experimentar con varias materias que no eran específicas de un sexo. Amparo se dio cuenta de sus inclinaciones artísticas, pero se sentía atraída por las ciencias.
El impulso de experimentar con materiales y conceptos de sus usos es esencial para entender a Sard como artista, y la física de la materia es un tema sutil para ella. «Mi padre tenía una colección de CDs en el garaje y un día decidí hacer una escultura con ellos, rompiéndolos e intercalándolos. A mi padre no le gustaba que lo hiciera», nos cuenta riéndose. En retrospectiva, Amparo ve ese momento como un punto crítico. «Vi otra función a los CDs».
Cuando Sard dejó Son Servera por Barcelona para estudiar Bellas Artes en la Universitat de Barcelona – donde ahora es profesora de dibujo desde hace 15 años – fue un giro de 180 grados. Aprendió a implementar su conocimiento de matemáticas y música en su metodología artística. En sus instalaciones de vídeo, su habilidad para escribir y entender la música la han ayudado instintivamente a la edición. «Estudiar música te permite conectar [los sentidos de la visión y del sonido] en tu mente», nos explica. También aquí descubrió la filosofía y a menudo hace referencia a Freud en su obra, en especial a la trascendencia de nuestra cualidad física en energías enfocadas en el género.
La obra multidisciplinar de Sard, aclamada por la crítica, se ha descrito como delicada, hermosa, obsesiva e incluso espiritual. Temas de lo emocional y lo femenino se exploran en su obra más reconocible: hileras de papel de blanco impecable perforado en pequeños agujeros para evocar los bordados de blanco sobre blanco de las mantillas españolas.
Siendo técnicamente obsesivo, estos «dibujos» requieren horas y horas de estar sentada utilizando agujas minúsculas de varios tamaños para perforar la delicada superficie del papel. De manera similar a como se crea el patrón en el bordado añadiendo hilo, los agujeros crean imágenes – autorretratos, manos, árboles – mediante el uso de espacio negativo.
La continua experimentación de Sard con materiales como el poliepóxido, el poliuretano, la fotografía y el vídeo le permiten la expansión de su obra a gran escala. En la reciente exposición Displaced Landscape una macro-instalación de árboles de tamaño real «creció» de agujeros enormes en las paredes de la galería.
Este año, Sard está preparando su exposición individual para el verano de 2019 en el espacio cultural de El Tanque de Tenerife. El gran tanque de aceite industrial reconvertido se parece a un planetario, lo contrario de una típica exposición en un espacio blanco y cuadrado, un desafío y lugar interesante para una exposición. «Reboso de felicidad al haber encontrado este lugar», dice con una sonrisa. Estamos ansiosos por ver la luz que crea de la vasta oscuridad.
La obra de Sard se encuentra expuesta en las colecciones permanentes del Guggenheim (NY), MoMA (NY), Fundación Loewe (Madrid) y CODA (Países Bajos), y también se puede encontrar en la Galería Pelaires de Palma.