La alegría y amabilidad del personal de un hotel contribuye al grado de satisfacción de sus huéspedes. Una de las primeras cosas que llama la atención al entrar en Art Hotel Palma es la naturaleza alegre y relajada de las pocas personas que trabajan allí.
“Somos un equipo muy pequeño, parecido a una pequeña familia” dice José Andrés Rubio Herrera, el amable y competente director del hotel. “Nuestra objetivo es ayudar a que la gente que se aloja con nosotros se sienta como en casa. Ese es el tipo de ambiente que queremos lograr: agradable y acogedor.”
Esta estupenda percepción de las cosas se debe en parte a la actitud del propietario del hotel, Pepe Rubio, que, lejos de ser pretencioso, es una persona humilde, tranquila y gentil. Antes de dedicarse al sector hotelero, este mallorquín pasó 40 años coleccionando y vendiendo antigüedades.
También tiene un gusto excepcional. El mismo espacio que antiguamente sirviera como pequeño palacio y exposición de antigüedades es ahora un acogedor hotel de cinco plantas, que aún conserva parte de su esencia anterior, gracias a las múltiples obras de arte originales que decoran sus paredes.
“Quería ver si era posible seguir admirando mis obras de arte continuamente” dice Pepe, “y mostrar a mis huéspedes la belleza del mundo artístico”.
Pepe fue el comisario de cada una de estas obras de arte e incluso colocó personalmente los libros en las estanterías. La acogedora biblioteca tiene toques de estilo francés, gracias a los ornamentos, pinturas y mapas adquiridos por este francófilo durante sus frecuentes viajes a Francia.
Al recorrer los pasillos con suelos de terracota del hotel, los huéspedes podrán admirar artefactos romanos, muebles italianos y obras originales creadas por Joan Miró. El carismático edificio que envuelve el hotel está repleto de antigüedades únicas, convirtiéndose así en un auténtico tesoro para cualquiera que quiera apreciar el arte y objetos de gran belleza mientras que se relaja y disfruta del confort.
No se ha escatimado en recursos para crear un lugar cómodo, cuyas instancias integran elegantes toques de modernidad, como televisiones de pantalla plana, frigoríficos discretos y lujosa ropa de cama.
Dispone de 13 habitaciones distintas entre sí y se clasifican en tres tipos: habitación deluxe, junior suite y suite. Una de ellas incluso tiene su propia terraza privada. Por otro lado, algunas ofrecen vistas a La Rambla, situando a sus huéspedes en el centro del casco antiguo.
El exquisito desayuno buffet puede disfrutarse tanto dentro, en un acogedor comedor, como en la terraza, donde las vistas a las terrazas con ropa tendida de los locales refuerzan ese sentimiento de pertenecer a la ciudad que Art Hotel Palma pretende transmitir a sus huéspedes.
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