El futuro mallorquín de la Formula 1

Ha nacido una estrella, y con ella, un futuro prometedor de la Formula 1

Lorenzo James Fluxá Cross (2004) va camino de llevar a Mallorca a la élite de las carreras, así como hizo Rafa Nadal con el tenis.

“Me animó un compañero del colegio. A mi padre le pareció bien y en poco tiempo ya he cruzado mi primera meta del campeonato de España como ganador y he quedado entre los mejores pilotos de la WSK Super Master Series en Italia”, relata Lorenzo con asombrosa madurez y seguridad.

A ello le dedica todos los fines de semana. “Cuando gano estoy muy contento con el trabajo realizado y si no, me sirve para mejorar”, añade. Su padre, que siempre le acompaña, ya había corrido el campeonato de España de resistencia, las 24 horas de Montmeló, la carrera de las 6 horas del Jarama y el ORIS Rally clásico Mallorca cada año. “Es un deporte muy sacrificado. Son tres o cuatro días por semana de entreno oficial o carrera, siempre fuera de Mallorca y cuando vuelve, los lunes y miércoles tiene natación, los martes entrenador personal, los jueves descansa, vuela o ya estamos entrenando en pista. Sacrificas las comidas en familia los domingos, cumpleaños, muchas cosas”, explica Lorenzo padre. Por supuesto su ídolo es Fernando Alonso que “incluso con un coche regular puede hacer una buena carrera”, comenta.

Cuenta con un equipo de cinco personas a modo de pequeña empresa que el mismo gestiona. “Una simulación de la vida misma ya que se toman decisiones técnicas que te llevaran a ganar o a perder” aclara. A los dos mecánicos, un telemétrico para revisar trazadas y conducción, un director deportivo para entrenar en pista y un jefe de equipo, hay que añadirle la nutricionista que le ayuda con la elasticidad y que le ha hecho bajar 7 kg para poder correr en los mundiales de Italia donde ha pasado los primeros cuatro meses del año. “Como mucho pavo, pescado y casi nada de carbohidratos y si me apetece un cola-cao busco alternativas. Tengo que ir preparando mucho mi forma física para cuando llegue el momento de subirme a un formula”, y añade; “En Italia los niveles de adrenalina son máximos, 120 pilotos de todo el mundo en mi categoría, complicadas condiciones técnicas y mucha más velocidad”.

Su ventaja es conducir de forma inteligente. “Solo pienso en ganar, mantener la cabeza abajo, mirar para adelante y pensar en estrategia”, a lo que su padre agrega; “hay muchos pilotos rápidos pero muy pocos que piensen. Queremos estar en ese grupo”.

Para 2018 su objetivo será el europeo y el mundial. Pasos a modo de preámbulo para llegar a la Formula 1, al tiempo que van preparando futuros sponsors e incluso ONG’s para poder correr con una finalidad.

En la misma categoría, también corre su hermano Lucas, de 8 años, el más jovencito de la parrilla. “Quiere ganarme. Estamos súper picados” comenta Lorenzo con su soltura habitual “mi recuerdo más feliz fue mi presentación en el equipo Fórmula K en la fábrica de IPK . Firmé el contrato con un equipo que se llama Praga España que es el mejor de la parrilla. En cambio, el peor fue en La Conca. En una curva me quedé de lado a dos ruedas durante 10 metros hasta poder remontar. Fueron segundos muy tensos”.

Talento, pasión y grandes dosis de sacrificio le han hecho madurar muy rápidamente, sin dejar de lado los estudios. “Saco mínimo 8 y en el futuro querría estudiar ingeniería mecánica”, señala. Así que se levanta cada día a las 6 de la mañana para estudiar y cuando viaja se lleva el ordenador para comunicarse con los profesores por email. Un apoyo que quiere agradecer al Bellver International College. Mientras tanto, su padre y cinco personas más controlan si ha hecho media decima más por vuelta en unos entrenamientos libres donde corre entre 180-200 vueltas (200 km). Un buen ejemplo de que todo puede conseguirse si eres el primero en creer en tus sueños.

Fotos: Lourenço Jose Ohlares