Imagínate pedaleando por el paseo marítimo de Palma a principios del verano. Tal vez vayas al centro para explorar la ciudad, y tal vez después conduzcas por la impresionante costa oeste para disfrutar de una cena al aire libre o un picnic en la playa. Cuando llegan los suaves atardeceres de mayo, la luz que se proyecta sobre las degastadas piedras rosas de Valldemossa es particularmente romántica.
Mallorca puede presumir de tener algunos de los pueblos más bonitos de Baleares. Pasear por sus calles es la oportunidad perfecta para descubrirlos.
