A primera vista, Casa Palerm podría ser una lujosa casa en un safari. Con un estilo discreto y natural que se funde con su entorno, un terreno blanquecino que se extiende en la distancia, podríamos estar en la naturaleza salvaje de Botsuana. Sin embargo, este elegante proyecto independiente no pertenece al delta. Se encuentra en una posición privilegiada en la zona rural de Lloret de Vistalegre, en el corazón de Mallorca. Esta nueva estructura es la ampliación de un hotel boutique situado en una granja original y representa una hazaña fascinante.
FUSIÓN CON LA NATURALEZA
Al igual que los lodges africanos se integran a la perfección en el entorno, Casa Palerm, de una sola planta, hace lo propio. La anchura es de seis metros, lo que mantiene el edificio en un tamaño discreto y permite una vista despejada sin columnas de apoyo. El ingenioso uso de una pérgola de caña tejida en el techo, que se expande hacia la terraza, confiere al espacio una sensación de sencillez y armonía, creando una danza de luces y sombras.
El suelo de cemento artesanal, la piedra de marés local, el enlucido rústico de mortero de cal y las tejas cerámicas reutilizadas se combinan brillantemente para lograr un acabado limpio y minimalista, en una paleta natural. El toque local se acentúa aún más en los muebles, ya que la mayoría fueron fabricados localmente por La Pecera, un fabricante artesano mallorquín. La conexión con el paisaje es fundamental para el proyecto. Una “lengua” de hormigón forma terrazas a ambos lados de la zona de estar, ampliando el espacio hacia el exterior, y las ventanas pueden ocultarse en los muros, borrando aún más los límites.
UN ESPACIO PARA SER ADMIRADO
A este equipo de diseño le gusta divertirse, como demuestra el hecho de que haya tallado una sección en el centro de la villa para reproducir las dimensiones de una pantalla de cine retro. Siéntate en un banco bajo al final de la terraza y mira a través de la casa. ¿Qué es lo que ves? Una vista recortada con precisión al formato panorámico desarrollado en los años 50 por el estudio de Hollywood 20th Century Fox: 2,66:1. OHLAB explica: “Esta proporción del antiguo Cinemascope evoca las imágenes propias de las viejas salas de cine.
Así, desde la terraza sur podemos contemplar el salón como escenario de la vida cotidiana, con los campos y la sierra de Tramuntana panorámicamente recortados como telón de fondo”. Lo pequeño y sobre todo lo moderno es realmente hermoso. Y ¿quién necesita una pantalla artificial con unas vistas a la montaña como estas? Los responsables de este proyecto no se limitaron a hablar sobre la integración medioambiental. Con estilo y sustancia a partes iguales, utilizan métodos sencillos y eficaces para aportar frescor -como contraventanas mallorquinas y árboles de hoja caduca para dar sombra-, además de agua de lluvia almacenada para regar el jardín, llenar las cisternas de los inodoros y para la piscina.
Texto Emily Benet | Fotos José Hevia
