El ilustrador Paul Cemmick

El artista, ilustrador y dibujante con café Paul Cemmick

Al darse cuenta de que se había olvidado sus acuarelas en su casa de El Terreno, derramó por accidente un poco de café sobre el plato, y distraídamente sumergió en él la punta de su cuchara, esbozando a continuación un dibujo con ella. “Para mi sorpresa, ¡resultó ser bastante bueno!”

Tres exposiciones y muchos “dibujos con café” más tarde, Paul se encontraba en la cafetería Fibonacci en Santa Catalina con un amigo al que acababa de dibujar utilizando esta técnica, cuando la joven camarera expresó su admiración por el resultado.

“Comentó que su abuelo era un historietista”, explica Paul. “Cuando le pregunté de quién se trataba, me dijo que era Luis Bermejo” (el brillante dibujante internacionalmente conocido, que tristemente falleció en 2015, era un héroe para Paul).

Una semana más tarde, la amable camarera había organizado una cita: un famoso ilustrador inglés conoce a una leyenda española del cómic. Se trata del tipo de sucesos que le ocurren frecuentemente a Paul, que divide su tiempo entre Mallorca y Brighton, en el Reino Unido. La ciudad de Palma y la artística ciudad costera sureña comparten similitudes que contribuyen a que la vida sea vibrante y creativa: “la gran mezcla de gente; la sensación de que se trata de ciudades compactas donde se puede pasear, con una animada vida social”.

Cemmick, hijo de una modista y de un acordeonista y hermano de un escultor, es el tipo de persona con una habilidad innata para los trabajos manuales. Tras estudiar diseño gráfico y trabajar una temporada como freelance, se mudó a Londres para trabajar para Walt Disney como ilustrador. Ese fue el punto de inflexión que le llevó a colaborar a largo plazo con la BBC, la cadena ITV y con numerosas publicaciones de mucha calidad en el Reino Unido.

No siempre fue así. Comenzó como un artista pobre que vivía en la Inglaterra rural y comenta que “como freelance, fracasé estrepitosamente. Si echo la vista atrás, era disparatado porque compartía un apartamento en el ala oeste de una mansión en una colina en mitad de la nada con un montón de músicos vagos, y yo era el único que pagaba las facturas”.

Se ríe con una risa franca muy característica. “Esto ocurrió antes de internet, así que tenía que envolver mi trabajo con papel de embalaje, llevarlo a la estación, y enviarlo a London Victoria en un tren Red Star”.

Por supuesto, en los tiempos tecnológicos que corren, Paul es libre de vivir donde le plazca y el estilo de vida caluroso y luminoso de la capital balear le sienta muy bien a un inglés que viste con una colorida camisa y que luce un sombrero Panamá.

Mientras se encontraba dibujando en un acto benéfico en The Boat House, en el Paseo Marítimo, se le acercaron dos glamurosas jóvenes nerviosas y llamativas. Se trataba de dos de las participantes del reality show inglés TOWIE.

“Había puesto un cartel que decía que mi trabajo había aparecido en cuatro programas de televisión que habían ganado premios BAFTA, y ellas me dijeron que también habían ganado uno”.

Así fue. El reality show británico, rebautizado como “The Only Way is Mallorca”, se rodó en la isla en 2015 y los miembros del equipo tenían un gran interés en que apareciera Paul.

El artista, que no se toma a sí mismo demasiado en serio, aparece en el primer episodio del atrevido y enormemente popular programa, para diversión de su familia y amigos.

Es un ejemplo de lo que les sucede a Paul y a muchos otros que viven en esta isla, que se encuentran con divertidas coincidencias y conexiones curiosamente originales. Quizá sean solamente tres grados de separación y no seis.

“La isla es como un gran pueblo”, reflexiona.

Paul, que es un entusiasta de la guitarra, adora también la música, así como la vida que ha creado en Mallorca, que abre la puerta a derrames afortunados de café y a encuentros fortuitos con participantes de TOWIE. Cemmick vive de la única forma que sabe: a su manera.

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