Paul Dimmock y su gran amor por la isla

Conoce al fundador y director general de Sunflower Music

Cuando tuvo su primera experiencia vital en el mundo de la música, Paul Dimmock aún era un jóven DJ viviendo al día en Mallorca. Le ofrecieron una oportunidad que cualquier joven de 18 años habría aceptado: trabajar para una agencia de viajes para jóvenes escandinavos en el Hotel 33 – actualmente Hotel Mimosa. Dicha oportunidad le abrió las puertas de BCM. “Me acuerdo perfectamente de la primera vez que puse un tema en BCM”, dice Paul, “me temblaban las manos”.

No habría sido necesario preocuparse: las veces que pinchó allí (generalmente para 5.000 personas – aforo completo) fueron todo un éxito. De hecho, incluso comenzó a analizar el comportamiento de las personas en la pista de baile. Para cualquier persona, ver ausentarse al 30% de la multitud durante 10 minutos habría supuesto un error por parte del joven DJ. Sin embargo, esto es exactamente lo que Paul quería: ver cómo su audiencia iba a la barra para, 20 minutos más tarde, volver a la pista y seguir bailando. Esto hizo que las ganancias en barra subieran unos 1.000€ en antiguas pesetas. “La música tiene un poder extraordinario y, sólo con poner el tema adecuado, puedo conseguir que la gente haga lo que yo quiera” pensó.

Esto ocurrió en 1988 y fue el comienzo de un viaje que culminaría con la creación de Sunflower Music, una compañía de excelente acogida, dedicada a elaborar listas de reproducción personalizadas para algunas de las mejores empresas del sector turismo y de comercio minorista del mundo.

El poder que ejerce el sonido en la mente humana es algo que siempre ha fascinado a este amante de la música nacido en Londres y propietario de pubs en las zonas de Hampton Court y Wimbledon. También ha asistido como DJ a fiestas post-actuación de artistas como Amy Winehouse, Take That y Diana Ross, aprendiendo qué es lo que anima a una multitud en la vida real. En el año 2000 tuvo una gran idea:

“En mis pubs creaba distintos ambientes para ciertos momentos del día y sabía que podía hacer lo mismo para empresas: elaborar listas de reproducción cuyos temas encajaran a la perfección con la imagen y el cliente objetivo de la marca”.

Años de sudor y lágrimas sucedieron a la creación del negocio de Paul. Hoy en día, cada vez que estés en un “lounge” de Virgin Atlantic o British Airways, podrás escuchar la música compilada por Sunflower Music. Esto mismo ocurre en las tiendas de Lacoste y hoteles de más de 30 países en todo el mundo.

Últimamente ha centrado sus esfuerzos en el sector hotelero español, yendo de incógnito a hoteles que podrían ser clientes potenciales para hacerse una idea de su estilo de música.

“Todo lo que hacen está relacionado con las sensaciones y la música es fundamental. Cada hotel tiene su propio latido” opina Paul, que equipa a los hoteleros más previsores con unidades de disco duro totalmente sincronizadas y programadas, que no requieren ningún tipo de interacción del personal y ofrecen pistas diseñadas para atraer la atención de los clientes objetivo.

El pasado mes de diciembre, Paul volvió a Mallorca. “Tuve una sensación increíble”, dice, “he viajado por todas partes pero había olvidado lo bonito que era todo aquí. Inmediatamente me sentí como en casa. Todo parecía estar bien y, en dos días, decidí que me compraría un apartamento aquí”.

Actualmente, Paul ha puesto fin a una vida frenética para relajarse en la propiedad que compró en Illetas, a solo unos pasos de Cala Comtessa (su lugar favorito), como recompensa a años de duro esfuerzo.

“Estaba sentado en mi piscina, recordando cómo solía ir por Londres, regalando CDs de muestra y pensé: ¿cómo lo hice?”

Paul ha tenido un éxito muy merecido y está a punto de seguir avanzando rápido en la industria hotelera de Baleares.

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