Arte inspirado en la vida

La artista local Vera Edwards comparte su pasión e inspiración por la pintura al óleo

Al acercarnos al estudio de Vera Edwards en las agrarias afueras de Felanitx, el paisaje se despliega ante nosotros como uno de sus óleos. Los tonos terrosos, rocas y piedras, ovejas y naturaleza son elementos que se entretejen en muchas de sus piezas. “Para mí, el campo es el lugar perfecto para pintar”, dice. “Es muy tranquilo y no hay distracciones. Una vez que te acostumbras, es difícil volver a otra cosa”.

Nacida en una familia de creativos, a Vera siempre se le animó a cultivar su vena artística. “Mi padre pinta, mi abuela es escultora, mi bisabuelo era pintor y mi bisabuela hacía cerámica”, nos cuenta. Era un camino conocido, aunque admite que había un elemento de presión al seguir unos pasos tan brillantes, pero está claro que ella ha sabido labrarse su propio camino. A menudo trabaja en varias obras al mismo tiempo, lo que le permite descansar de un cuadro y volver a él cuando el momento es propicio.

La etimología de las palabras

Al charlar con Vera queda claro que su mente rebosa inspiración en todo momento. Habla con entusiasmo del universo que la influye, desde las civilizaciones antiguas y los dioses sumerios hasta los inicios de la humanidad y los orígenes de conceptos como las matemáticas y el lenguaje. Vera, que estudió en inglés y español, siempre ha sentido fascinación por las palabras que utilizamos y a menudo se ha sentido impulsada a escribir.

“Siento que las personas que hablan idiomas distintos viven en mundos diversos. Tenemos dichos diferentes, expresiones diferentes… la interpretación lo es todo”, afirma.

Una de sus obras puede comenzar con una sola palabra escrita en el lienzo para dejar clara su intención y dirección, y muchas de sus obras actuales incorporan palabras visibles que encierran un significado importante para ella. “Creo que los artistas siempre están descubriendo quiénes son y buscando en su subconsciente qué es lo que surge. Pero también intento divertirme con ello, porque se trata de encontrar la alegría en lo que haces”, subraya.

El arte imita la vida

Los niños son otro motivo recurrente. “Oí decir que los ángeles siempre nos ven como niños inocentes”, recuerda Vera. Le encanta pintar a sus amigos y familiares como niños, para transmitir esa inocencia a través de su arte. Sus recuerdos de infancia, adquiridos en Mallorca, han influido en gran parte de su obra. A menudo, los rostros de sus cuadros son anónimos pero no carentes de expresión, representados con unas pocas pinceladas ingeniosas. Saca un gran cuadro texturado sobre poliéster de unos niños en la playa.

“Algo que me gusta pintar, que siempre se repite, es ese carácter lúdico que tenemos de niños. No tenemos preocupaciones. La gente conecta mucho con estos cuadros”, nos dice.

Vera continúa expresando cómo todo lo que hace en la vida acaba filtrándose en su obra. “Dicen que lo único que sobrevive son nuestras historias, que llevamos contando miles de años, y creo que como artistas tenemos la responsabilidad de contar alguna de esas historias”.

Texto por Ché Miller | Fotos por Sara Savage