El encantador pueblo de Fornalutx es el escenario de nuestra entrevista con la artista Julie Mai. Nos sentamos en la puerta de su estudio, con vistas a la Plaza España, y hablamos de las vueltas y revueltas que la trajeron a Mallorca desde su Canadá natal. Julie dirigía una exitosa empresa de diseño de interiores en Vancouver, pero el libro de Eckhart Tolle “Una nueva tierra” despertó en ella el deseo de hacer algo que le gustara tanto que el tiempo se detuviera mientras lo hacía.
Para Julie, la pintura es una meditación y un catalizador del crecimiento personal. Antes de llegar a la abstracción, aprendió pintura técnica y vendió sus obras en galerías de Norteamérica. “Ahora que ya no tengo que demostrar que sé pintar, puedo pintar con el corazón”, dice sobre su reinvención.
El arte de la pintura encáustica
El arte de pintar con cera caliente comenzó hace miles de años en la antigua Grecia, aunque quizá las pinturas a la encáustica más famosas sean los retratos de momias egipcias de Fayum, de gran realismo.“Es un proceso de manipulación constante”, dice Julie, describiendo la amplia gama de texturas, colores y translucidez que se pueden desarrollar antes de fundir cada capa con una pistola de calor. Es un proceso costoso, pero del que se ha enamorado profundamente. La translucidez de la obra y su interacción con la luz natural hacen que, al igual que una hermosa vista, su fascinante arte cambie a lo largo del día. Un cliente resumió recientemente su estilo: “Tranquilizador y atractivo a la vez”. Podemos imaginar lo beneficioso que es sentarse y contemplar los muchos misterios sutiles y delicados que esconde una obra de Julie Mai. Es terrenal y conectado; elegante pero rústico.
Elegir una pieza original
Sus cuadros son de todos los tamaños y su paleta va desde los tonos naturales a los rosas y rojos vibrantes. Pero no hay por qué sentirse intimidado por la elección. “Mis cuadros eligen a sus compradores”, nos tranquiliza con una sonrisa, “simplemente sabes cuándo es el adecuado”. Sus obras son perfectas para quienes están cansados de la ostentación y buscan algo con un poco más de alma para profundizar en la acogida y el equilibrio de su hogar.
En cuanto a su hogar, Julie Mai Haberstroh, tiene toda la intención de quedarse en la isla y gracias a su pasaporte alemán, ya que sus padres son alemanes, puede hacerlo. Junto a su Schnauzer gigante de 5 años, Heidi, a quien describe como el amor de su vida, Julie ha encontrado un rincón del mundo donde tiene la energía y la inspiración para comunicarse al nivel más profundo. “La respuesta ha sido increíble hasta ahora”, dice, “siento que tengo algo diferente que ofrecer”. Nos vamos sintiéndonos animados y entusiasmados por su trabajo – y por todo lo que le queda por crear.
Text by Emily Benet | Photos by Sara Savage