En los pintorescos pueblos costeros del sureste de Mallorca, el dinámico equipo de GLW transforma los sueños en realidad, desde la ideación hasta la presentación de exquisitas propiedades. El trío visionario está formado por Sebastià Ginard Adrover, arquitecto nativo con una perspectiva global; Lars Lüthje, arquitecto de interiores y maestro de la iluminación; y Nina Wolf, experta en diseño de colores y mobiliario. La colaboración es clave. “Es un diálogo enriquecedor trabajar con personas especializadas en distintas áreas, y siempre es mejor para los proyectos”, reflexiona Lars Lüthje.
La alquimia arquitectónica de GLW es una fusión de elementos escandinavos y de la Bauhaus, cuidadosamente entrelazados con las características tradicionales del patrimonio mallorquín. “Intentamos hacer algo moderno, algo puro, pero siempre con un sentimiento mediterráneo”, subraya Sebastià, destacando la contribución indispensable de su sinergia germano-mallorquina. Respetando la artesanía histórica y las prácticas sostenibles, el equipo extrae sabiduría de la tradición y la infunde con soluciones contemporáneas. Materiales como la piedra, el acero corten y los morteros conforman la paleta texturizada de sus diseños.
Detalles imperecederos
Lars articula su visión afirmando: “Queremos crear edificios longevos y productos de larga vida que requieran muchos detalles técnicos invisibles”. Su arquitectura sostenible pretende crear espacios que los clientes adoren y aprecien indefinidamente. “Nuestra definición de sostenible es cuando al cliente le encanta lo que hemos producido y quiere tenerlo para siempre, y dura para siempre”, explica. Sus proyectos se planifican meticulosamente desde el principio, incorporando un enfoque de diseño reflexivo y deliberado, evitando las prisas en favor de la integridad. “Puede que sea más lento, pero garantiza la calidad”, afirma Lars.
La reciente transformación por parte de GLW de una antigua villa cerca del mar, una estructura al borde de la ruina, es un testimonio de su destreza transformadora. Dieron nueva vida a una propiedad aparentemente condenada al fracaso, la historia mediterránea se une a un diseño moderno e intemporal. Este proyecto personifica la visión sostenible de GLW, que insufla nueva vida a lo antiguo minimizando los residuos. “Esta es nuestra perspectiva de futuro: dar nueva vida”, subraya Sebastià. En un mundo de diseño rápido y tendencias pasajeras, el trío GLW se erige en faro de elegancia perdurable e ingenio arquitectónico.
Texto por Ché Miller | Fotos de Sara Savage
