No es ninguna exageración decir que en el Carrossa Hotel Spa Villas se está en la gloria. Y no es solo por su maravillosa ubicación, en un alto de las siempre pintorescas colinas de Llevant, con impresionantes vistas al escénico campo mallorquín. No es solo por sus 350 hectáreas de terreno prístino y jardines, moteados por olivos centenarios, almendros y naranjos, donde la cálida brisa difunde el perfume de la lavanda, la adelfa y el romero.
No es solo por su spa de primera clase, uno de los más grandes de la isla, con 1.500 metros cuadrados de instalaciones a la última para relajarse, con tratamientos de salud y belleza, piscina interior, baño turco y la sauna de mayor tamaño de Mallorca. Tampoco es por la increíble piscina infinita climatizada del exterior, la terraza para tomar el sol o el amplio espacio con espectaculares vistas a la bahía de Alcúdia. Ni por las 75 elegantes habitaciones, suites y villas, creadas con los mejores materiales y dotadas de un equipamiento de lujo.
No es por el Carrossa Restaurant y su excelente cocina mediterránea, elaborada con ingredientes de gran calidad, que se pueden disfrutar en una terraza que también cuenta con maravillosas vistas a las colinas. Ni por el amable y atento servicio que presta en todo momento un personal que sonríe y muestra auténtica cordialidad. Tampoco por la amplia gama de actividades que se ofrecen en los alrededores, en cuatro campos de golf diferentes y en algunas de las mejores playas de la isla, que se hallan a un corto trayecto en coche.
Es por la perfecta combinación de todo ello. Por la exquisitez con que se presenta esta experiencia de hotel boutique de lujo en uno de los mejores espacios rurales de la isla. Y por la oportunidad de conocer el paraíso terrenal.
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