Nos reunimos con Cecilie Sheridan en la terraza de Belmond La Residencia, el hotel en el que ha trabajado durante muchos años. La colección de Cecilie y George Sheridan consiste en más de 800 piezas repartidas por el hotel, así como en la galería de arte de Sa Tafona, una serie de obras que comprenden un auténtico tesoro. Cecilie es una de las artistas más activas en Deià, como también lo fue George, y quienes han posicionado a Belmond La Residencia como el corazón de la comunidad creativa en Deià. Rodeado de una paz absoluta, el hotel se ubica entre las impresionantes y frondosas montañas de la Serra de la Tramuntana. Sólo se escuchan los tímidos sorbos de algunos invitados que se encuentran tomando el té de la tarde en la terraza de Belmond La Residencia. Con tanta tranquilidad es difícil imaginar el pueblo de otra manera. No obstante, el Deià que Cecilie conoció hace 50 años es algo diferente al que observamos hoy en día; una época en la que lo normal era ver a las ovejas pastando y el hotel era tan sólo una granja. “Hubo una época en la que por esta carretera tan sólo pasaban 3 coches…” comenta mientras señala al camino sinuoso que caracteriza esta zona. Al poco tiempo de llegar a Deià, Cecilie conoció al que se convirtió en su marido, George Sheridan (1923-2008), otro artista, con el que tuvo dos hijas, Amy y Tara. Su visión artística cambió al mudarse a Mallorca y que como ella misma afirma, se debió principalmente al color: “Nunca me acostumbré a la brillante luz del Mediterráneo. Cuando vivía en Londres pintaba en tonos apagados, pero aquí todo es tan fuerte que hasta las sombras tienen un color.”
Con el paso de los años Cecilie y George trabajaron muy duro para apoyar a los artistas locales, exhibiendo sus obras por toda la isla. La colección, en la que hay obras de ambos, se puede ver por todo el hotel. Dado el tiempo que llevan expuestas, tenemos curiosidad por saber cómo han evolucionado. “No es el Guggenheim, es un hotel que está en activo. Tuvimos que hacer un hueco para las televisiones, por ejemplo…” ¿Se produjo, entonces, una batalla entre el arte y la tecnología? “la tecnología es una herramienta, no un arma.” Contesta Cecilie con un brillo especial en los ojos.
Además de llevar la colección, Cecilie organiza exposiones en la galería del hotel, Sa Tafona, en la que presenta nuevos artistas cada tres semanas, algo que sin duda, conlleva mucho trabajo, pero tener un espacio para expresar nuevas ideas es algo muy importante Cecilie. “No quiero exponer obras bonitas con el único objetivo de venderlas, quiero que haya arte en el hotel y quiero intentar seguir manteniendo el estándar.” Explica que puede ser un trabajo duro, pero que al final todo se reduce al instinto. “Después de un tiempo observando arte y obras, empiezas a reconocer la calidad. Pueden tener un estilo u otro, pero si es algo sin sentido te das cuenta enseguida.”
Cecilie también organiza rutas y charlas por todo el pueblo donde enseña las casas de los artistas y explica su historia. Hay mucha sabiduría en todas y cada una de las palabras de Cecilie, eso, unido a una mujer con un corazón de puro hacen que escucharla sea algo verdaderamente inspirador. Su trabajo sigue siendo contemporáneo, ya que ahora se prepara para el premio George Sheridan Art Prize, este año basado en la “Anunciación” de Da Vinci.
Ceceli es un tesoro mallorquín: amada por la gente de Deià y apreciada por los artistas locales.
Photos by Sara Savage