Una de las principales inquietudes de los padres es la lengua. Yvonne explica que los residentes extranjeros suelen preocuparse por el catalán y que algunos son reacios a escoger un determinado colegio por ese motivo. “Y es perfectamente comprensible –añade– en el caso de los niños de, digamos, ocho o nueve años”. Por debajo de esa edad, sin embargo, no se considera que sea una cuestión demasiado decisiva, pues los más pequeños son como esponjas y absorberán cualquier lengua que oigan.
Aun así, hay padres con miedo a experimentar una desconexión de la educación de sus hijos si se desarrolla en una lengua que no entienden. Se interesan además por los otros padres, por su origen, etc., porque no quieren sentirse excluidos de la comunidad escolar. Para ellos, los colegios internacionales son una opción frecuente, por su énfasis en el inglés, incluso con planes de estudios británicos. También es una alternativa común para aquellos que no tienen seguridad de quedarse en la isla para siempre.
En cualquier caso, por encima de todo, el consejo de Yvonne es “no preocuparse tanto por el tema del catalán, verlo simplemente como una ventaja”. “Es parte de la isla –argumenta– y el mejor modo de integración para los niños que vayan a quedarse aquí”.
Según esta profesional, los padres también suelen caer en la trampa de dejarse impresionar por las instalaciones del colegio, “a pesar de que es muy importante entender que la docencia se organiza desde el centro, que se construye en torno a la fortaleza de sus valores”. Si parece que se ha encontrado el colegio adecuado, ella recomienda visitarlo y fijarse en los niños y profesores, en cómo interactúan, porque así “se puede percibir cuál es la dinámica y aprender mucho sobre el ambiente del colegio”.
Una de las críticas que Yvonne expresa sobre el sistema educativo de la isla es que no siempre sabe atraer talento del exterior. “He conocido a muchos profesores que vienen a Mallorca y se desaniman por las condiciones laborales y la sensación de que muchos colegios prefieren a los docentes del lugar, incluso cuando cuentan con menos formación”, agrega. Según ella, no siempre se valora una visión y experiencia de carácter más internacional.
Yvonne admite que ya es difícil elegir colegio en el país de uno, así que el proceso puede llegar a resultar muy abrumador cuando se hace en el extranjero. Como profesora, ha visto lo complicado que es para quien acaba de llegar y desconoce el funcionamiento del sistema educativo. De ahí que en 2016 tuviera la idea de crear una página web con información sobre los colegios de Mallorca, una guía independiente de centros privados de la isla con datos básicos de cada uno, mapas y búsquedas por zona o tipo de colegio.Y para aquellos que no puedan asumir el coste de la enseñanza privada, de acuerdo con Yvonne, en la isla hay muchos centros muy buenos que son públicos, así como concertados (subsidiados por la iglesia católica), que además tienden a ser un poco menos estrictos con el catalán.“En todos los colegios que conozco, he visto que se busca lo mejor para los niños, pero los padres tienen que tener presente que ningún colegio es perfecto”, concluye Yvonne.
Photos by Sara Savage