Cómo el COVID-19 cambió nuestra vida

Centrarse menos en el futuro puede ser más saludable y hacernos más felices en el presente

Entre la redacción y la publicación de este artículo, es imposible saber cómo se habrá desarrollado la situación con respecto a la Covid-19, tanto en Mallorca como en el resto del mundo. Antes de todo esto, la mayoría de nosotros estábamos acostumbrados a disfrutar de una realidad envuelta de una relativa tranquilidad, en la que podíamos hacer planes y mirar hacia el futuro. Nos sentíamos seguros en nuestro mundo pudiendo dar una cierta previsibilidad de las cosas.

Mucho ha cambiado todo desde entonces. Hemos tenido que aprender a gestionar nuestras expectativas, dejar de lado las esperanzas y los planes y abrazar a lo desconocido. Y esto, para muchos, no ha sido un trabajo fácil. El impacto psicológico del virus ha afectado al bienestar de las personas de forma profunda y variada, no solo por el miedo a contraer la enfermedad, sino también por la incertidumbre de lo que depara el futuro.

La psicóloga Nicole Blay, ubicada en Palma, ha visto aumentar en casi un tercio el número de pacientes que han acudido a ella en busca de ayuda durante la crisis. “Durante el encierro, muchas personas experimentaron síntomas como insomnio, niveles más altos de ansiedad y estrés”, explica, y después del levantamiento del confinamiento, muchos se quedaron con lo que Nicole describe como un “vacío”, sin saber cómo hacer frente a la vida en la llamada “nueva normalidad”.

Si bien enfatiza que cada individuo es diferente, destaca una serie de pautas útiles que todos podemos adoptar para ayudar a salvaguardar nuestra salud mental. En primer lugar, mantenerse físicamente activo puede tener enormes beneficios para nuestro bienestar psicológico, idealmente 45 minutos al día, además de estimular nuestro sistema inmunológico. También recomienda programas de meditación o atención plena a sus clientes para ayudarles a calmar el “ruido” y concentrarse en el momento.

Nicole también sugiere crear un pequeño “oasis” en casa con imágenes, sonidos e incluso aromas positivos para ayudar a “protegernos de la sensación de negatividad que podemos percibir en el entorno exterior”. Permitir un flujo constante de noticias inquietantes en nuestros hogares también puede ser perjudicial para nuestra estabilidad mental por lo que recomienda mantener el consumo de información al mínimo.

¿Y su consejo más importante? Vivir el día a día y sacar lo mejor de cada uno. “Si esta situación nos ha enseñado una cosa, es que debemos dejar de intentar controlarlo todo, especialmente el futuro”.

Fotos de Sara Savage

Contacto