“Hay que pensar como un pez”, dice Robert impasible, pero con un brillo en los ojos que resultará familiar a quien le conozca. El director general de First Mallorca en su día ganó premios como pescador y su forma de pensar –explica él– fue el secreto de su éxito. Es además una técnica que claramente le ha sido útil en muchas otras empresas, incluida la de desarrollar y gestionar una de las inmobiliarias con más éxito de la isla.
Robert creció en Inglaterra, en la costa norte de Devon. Hijo de agricultores, se define como un “chico de la tierra” y vivió un estilo de vida rural hasta pasados los veinte años. Cultivó su habilidad con el cebo y desde joven destacó en el mundo de la pesca. Con capturas enormes, incluso dignas de récord, se hizo merecedor de reconocimiento internacional e inició una carrera en esta disciplina.
Desde entonces, ha vivido y trabajado en once países de diferentes lugares del mundo, tras optar por una trayectoria profesional distinta, en el sector turístico. Durante más de dos décadas, se forjó una reputación con ese trabajo, que le llevó a África del norte y del oeste, Sri Lanka y las Maldivas, India, Tailandia, Indonesia, Malasia y varias ciudades del Lejano Oriente. De vuelta a Europa, sus jefes a veces pusieron pegas a sus métodos, “pero en la época de la comunicación pausada, tuve tiempo de probar que tenía razón”.
Pero fue Mallorca donde eligió instalarse y crear First Mallorca. El buque insignia de la firma, la oficina de Costa d’en Blanes, que abrió en 1996, está muy cerca del lugar donde compró su primera casa en la isla. Desde entonces, se han inaugurado otras cinco oficinas, uno de los proyectos mas recientes es el cambio de su elegante oficina en Port Adriano. Robert destaca que, a pesar de su amplia cobertura, First Mallorca no franquicia; es una sociedad limitada que solo trabaja con quien comparte sus valores.
Hace poco que Robert volvió a la empresa tras varios años fuera (después de comprarle a la cofundadora y socia, Heidi Stadler, su parte). Entonces se propuso reformular el negocio de acuerdo con su filosofía: “Una empresa solo vale lo que sus trabajadores”. Esta idea implica garantizar que todos y cada uno de los cincuenta empleados están satisfechos y motivados. No en vano First Mallorca se distingue por sus ejemplares condiciones laborales y beneficios. Por ejemplo, como agradecimiento por el trabajo realizado, Robert decidió regalarle un viaje con todos los gastos pagados a Tailandia a todo equipo, incluida la persona encargada de la limpieza, junto con su marido.
En todo caso, Robert reconoce que hay otra razón por la cual invitó a sus trabajadores al Lejano Oriente. “Quería que vieran la excelencia del servicio, las sinceras sonrisas, el respeto y disfrute innato que reporta allí el servicio. Fue esclarecedor para muchos de ellos”, explica.
Pero ¿qué es lo que motiva a Robert para acudir cada día al despacho? “En cuanto me levanto, mi cerebro empieza a funcionar. Siempre he sido creativo”. Aunque sea poco habitual en un director general, él se implica especialmente en las campañas publicitarias, y es algo que aprecia mucho para dar rienda suelta a su creatividad.
Pero la honestidad, equidad e integridad no son solo lemas publicitarios en First Mallorca; son los principios fundamentales por los cuales se rige este caballero típicamente inglés. Y sabe que son buenos para los negocios. Son los que buscan los clientes en una inmobiliaria, y para asegurar un cliente, hay que ser lo suficientemente inteligente como para pensar como él.
mer, you have to be clever enough to think like one.
Photos by Sara Savage
Contacto
