Atesorar recuerdos familiares

Coll d'Es Pi ofrece la posibilidad de reconectar

Una niña pequeña se levanta a las 7 de la mañana y baja las escaleras. Su abuelo está en la cocina. Mientras el resto de la familia sigue durmiendo, cogen sigilosamente pan, aceite y ajo y salen fuera, donde el aire fresco con aroma a pino, el canto de los pájaros y unas fantásticas vistas al mar y a las montañas constituyen el telón de fondo de su sencillo desayuno para dos al aire libre.

No se trata de una agradable escena familiar sacada de una película Disney, sino uno de los muchos recuerdos de Marga Bauzá, quien pasó buena parte de su infancia en Coll d´Es Pi, en las montañas de Tramuntana, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. La casa, situada entre Andratx y Banyalbufar y cerca del pequeño y pintoresco pueblo de Estellencs y de la montaña de Galatzó, parece un mundo aparte, muy diferente de Palma, la bulliciosa capital mallorquina.

“También recuerdo las siestas que nos echábamos en verano”, explica Marga. “Íbamos a la playa o nadábamos en la piscina por la mañana. A continuación, comíamos con el canto de las cigarras y de los pájaros. Después, toda la familia se relajaba y dormitaba en la terraza. Era precioso”.

El abuelo de Marga construyó esta casa hace 37 años, el mismo año en el que ella nació. La casa la ha visto crecer, casarse y tener dos niñas. Hace seis años, Marga y su marido, que viven en Palma, alquilaron Coll d´es Pi durante las vacaciones a través de una agencia, pero Marga no tuvo ningún tipo de contacto con los inquilinos. “Una parte de mi corazón me decía que debía realizar un cambio, ser más consciente de mis actos y sentirme más libre”, explica Marga. “Gracias a Coll d´es Pi, soy lo que quiero ser”. Marga deseaba que otros pudieran disfrutar de lo que ella tuvo cuando era niña. “Mi sensación es que las personas alquilan mucho más que una casa. Tiene una historia familiar detrás, y yo quería implicarme más”.

Dejó atrás su carrera de marketing en el sector del comercio minorista del lujo para abrir un tranquilo “refugio de amor” en el que pasar unas Slow Family Holidays. “Aquí todos pueden conectar con la naturaleza, entre ellos y consigo mismos, desconectando del ajetreado ritmo de vida de hoy en día”. El lugar es perfecto para que tres generaciones de una familia pasen juntos sus vacaciones, fortaleciendo vínculos, compartiendo y creando sus propios recuerdos.

A principios del 2016, Marga comenzó a renovar la casa con la ayuda de Lluïsa Llull Deco Events. En Coll d´es Pi pueden alojarse hasta 8 personas y cuenta con cuatro habitaciones, tres baños, salón comedor con chimenea y una gran cocina. El gran terreno exterior (casi seis hectáreas) incluye una terraza desde la que se puede disfrutar de unas vistas espectaculares así como una piscina con zona chill out. Los niños disponen de una gran zona de juegos interior: “No tenemos ningún juguete de plástico; hemos construido tipis y juguetes de forma consciente que permiten que los niños dejen volar su imaginación”. También hay una sorpresa. “Es maravilloso ver las caras de los niños cuando la ven”, afirma Marga, mientras da la bienvenida a algunas familias que acaban de llegar. “Para mí, relacionarme con ellas constituye uno de los mejores momentos”. Averigua con antelación si alguna persona tiene alguna necesidad especial, y compra comida para que los que llegan tarde puedan desayunar al día siguiente. Se pueden solicitar cunas y tronas infantiles.

En octubre del año pasado, en la casa se alojaron familias mallorquinas cada fin de semana gracias a un exitoso vídeo promocional. La página web, muy intuitiva, atrae a familias de Alemania, Suiza, Suecia, Holanda y Gran Bretaña. La estancia mínima varía entre dos y siete noches, según el mes.

Para promocionar Coll d´es Pi, Marga invitó a la asociación gastronómica Chefs (in) para que celebraran su cena Hidden Kitchen en febrero. La chef menorquina Silvia Anglada, que está al frente del único restaurante oficial Slow Food de las Baleares, fue la encargada de preparar la comida. Desde entonces, algunos de los comensales se han alojado en la casa. Marga quiere enseñar su nueva forma de vida consciente y planea celebrar en octubre un retiro para madres de un día de duración centrado en el mindfulness, en colaboración con Virginia Quetglas, de la escuela de cocina saludable El Rincón de Nana. Esta afectuosa madre rememora otro momento especial: “En Navidad, después de ir a la iglesia del pueblo, volvíamos a casa y encontraba mis regalos en el pequeño rincón que me había construido mi abuelo. Era mágico”. Todos los niños deberían atesorar recuerdos felices como este…

Fotos: Coll d’es Pi

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Coll d’es Pi Estellencs

Ma-10, Estellencs, Mallorca