Ingredientes:
1 rollo de hojaldre (disponible en el supermercado)
3/4 higos frescos cortados en trocitos
Queso de cabra desmenuzado o cortado en rodajas
1 huevo batido
2 cebollas rojas
1 cucharada de azúcar moreno
1/4 taza de vinagre balsámico
Un puñadito de rúcula
50g de nueces tostadas
Precalienta el horno a 180 grados. Corta la cebolla roja de manera homogénea y saltéala en una sartén con un poco de aceite a temperatura media. Cocinar hasta que las cebollas hayan soltado su jugo natural. Echar el azúcar y remover. Bajar el fuego y continuar con la cocción, con cuidado de que el azúcar no se pegue ni se queme, esto puede llevar unos 20 minutos. Añadir el vinagre balsámico, una pizca de sal y pimienta. Cocinar unos 3 o 4 minutos más. La cebolla debería estar suave pero con un toque crujiente y un dulzor ácido por el azúcar y el vinagre. Si aún así sigue muy dulce, añadir un poco de vinagre un poco de azúcar a la tartaleta.
Desenrollar el hojaldre y colocarla en la bandeja del horno con papel vegetal de horno, para evitar que se pegue. Doblar las esquinas para crear los bordes crujientes cuando la masa se hornee. Untar el hojaldre con clara de huevo y meter al horno.
Después de unos 15 minutos la pasta habrá empezado a coger forma y color; sacar con cuidado del horno y poner la cebolla caramelizada. Al estar recién sacada del horno y no cocida del todo, hay que poner los ingredientes sobre la masa con cuidado.
Volver a meter al horno y cocinar por otros 8 o 10 minutos. Sacar cuando esté listo y dejar que se enfríe. Cuando se haya enfriado, poner el resto de ingredientes. Esparcir generosamente con hojas de rúcula, colocar los higos y el queso de cabra por encima y esparcir las nueces tostadas y picadas. Rociar con vinagre balsámico y aceite de oliva y… ¡servir!
Chef: Aoiffe MacHale
