El lugar en el que la majestuosa Serra de Tramuntana converge con el reluciente mar Mediterráneo, en el rincón más al norte de Mallorca, es uno de los tramos más pintorescos de la isla. Cala Carbó es una pequeña cala escondida, y sobre la cual se encuentran unos escarpados acantilados que ofrecen espectaculares vistas a lo largo de la costa. En esta llamativa escena se encuentra uno de los últimos proyectos de renovación de los reconocidos project managers y estudio de diseño de interiores LF91.
El proyecto consistió en una reforma completa de la propiedad existente, la total redistribución del espacio interior, además de nuevas terrazas adaptadas a la parcela inclinada y la adición de una piscina. Los propietarios de esta residencia, encaramada sobre un acantilado, solicitaron una casa sin complicaciones y que conllevará un bajo mantenimiento durante las épocas que estaban fuera.
Cada una de las cuatro habitaciones dispone de su propio baño privado, mientras que el corazón de la casa es una cocina de planta abierta, un comedor y una sala de estar donde los grandes ventanales brindan la claridad que aporta la luz solar mallorquina.
La división de diseño de interiores de LF91 combinó tonos neutros y materiales orgánicos como la piedra de Binissalem y elementos de roble natural para reflejar la esencia mediterránea de los alrededores. Los muebles de firma se suman a la sensación de sofisticación y calidez, además de proporcionar numerosos lugares en los que reclinarse y disfrutar relajadamente de los escénicos alrededores de la propiedad.
“En este proyecto, queríamos traer el Mediterráneo al interior”, explica la diseñadora de interiores de LF91, Olivia Reina, “creando espacios y rincones desde los que se puede disfrutar tanto de las espectaculares vistas como de la brisa marina”. El resultado es esta acogedora, pero luminosa casa familiar frente al mar que fomenta el descanso, el relax y el disfrute de la belleza natural de la isla.
Fotos de Mauricio Fuertes
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