Julià describe como arqueológico su trabajo con los objetos encontrados, con botellas y tapones de procedencia árabe y tunecina, mecheros, aparejos de pesca y muchos bastoncillos de algodón. Aprovechando tales objetos, creó esculturas rituales de arena, conchas, piedras y desechos a modo de pequeños altares y tótems, a los que hizo fotos que luego difundió a través de internet con la etiqueta #altaresytotemsplayeros. Elementos de estas humildes estructuras aparecen en sus obras de arte, en esculturas de mayores dimensiones de suelo y pared, en fotografía, vídeo y collages que se han exhibido en la Galería Fran Reus de Palma, en la Sunday Art Fair de Londres y en la feria Arco de Lisboa.
Pero las esculturas creadas con los desechos de la playa son solo una de las muchas facetas de la obra de Julià, algo que él describe como “una amalgama, que me sirve para establecer un continuo diálogo con el mundo y conmigo mismo”. Sin un estudio fijo, otro detalle de precariedad y transitoriedad, utiliza “materiales encontrados para crear nuevas constelaciones de materia y significación”, una forma de relacionarse y comprender los tiempos en que vivimos y los materiales contemporáneos que nos rodean.
En sintonía con lo anterior, Julià trabaja con otros artistas en TACA, “un espacio alternativo expositivo de arte y cultura visual” de Palma, que cada mes alberga varias muestras de arte experimental. “Pienso que TACA es una necesidad social para dar cabida a propuestas que no encuentran espacio en la isla”. A su decir, TACA trabaja “en contraposición a tendencias homogeneizadoras de las galerías tradicionales”. Una forma de ver esto es la tendencia general de las galerías a exhibir una mayoría de cuadros abstractos y obras murales minimalistas de artistas masculinos. En TACA, las exposiciones intentan “ilustrar la pluralidad de visiones y la multiplicidad de lenguajes”, mediante diversas formas de expresión artística, como la pintura, la fotografía, la escultura, la música o las performances. Para Julià, “un contenido que se desenvuelve en todas las direcciones es un contenido de una sociedad democrática y sostenible”.
“No diré la obvia falsedad que trabajar con materiales encontrados y pobres puede ayudar a parar el cambio climático. […] Vivimos tiempos de una precariedad generalizada, donde el planeta ya no da más de sí, pero seguimos sobreproduciendo para alimentar un consumo desmesurado”. Incluso los artistas necesitan reconsiderar su dependencia de las materias primas. “Mis últimos proyectos reflejan la crisis medioambiental que sufre la isla por la saturación turística y por la palpable era del Antropoceno en la que estamos inmersos”. El Antropoceno es un término que ha ganado popularidad en la última década para describir el significativo impacto que los humanos han tenido en la geología y los ecosistemas del planeta. “No siento la obligación de responder a temas concretos”, dice el artista, quien a continuación añade: “Quizás vivir en Mallorca haya favorecido cierto afecto por la naturaleza y lo arcaico”. Se trata de valores compartidos por muchos en la isla, que tal vez nos puedan inspirar y ofrecer esperanza.
Photos by Sara Savage & Fran Reus Gallery
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