“Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas”, dejó escrito el poeta Federico García Lorca. Y en primavera Mallorca es verde, un color que se suma a la belleza del azul de su mar y al dorado de sus paisajes. Una Mallorca de corazón verde que no ha dudado en subirse al tren de la sostenibilidad, en apostar por un modelo de gestión mucho más respetuoso con el medioambiente. El objetivo es claro: hacer de Mallorca una isla más verde, más limpia y más ecológica. Hoy sostenibilidad es una palabra habitual en la isla, cada vez más presente en la conciencia de todos.
Son muchos los que participan en esta carrera para salvaguardar el entorno natural. Políticos y empresarios impulsan medidas como la recogida selectiva puerta a puerta en los pueblos, la optimización del consumo de agua en los hoteles y campos de golf, o la inversión del dinero de la ecotasa en diversos proyectos, por ejemplo, para salvar las praderas de posidonia o restaurar las murallas del siglo XIII de Alcúdia. Aun así, no podemos olvidar que todos tenemos que empezar a vivir de modo más sostenible.