Sombrillas hechas con hoja de palmera natural, arenas blanca y aguas turquesas. La aislada playa de Formentor tiene un ambiente exótico y es famosa por ser la playa “caribeña” de Mallorca. Ubicada en el extremo norte de la isla tan sólo unos pocos turistas pueden llegar. La sinuosa carretera que lleva a la bahía de Pollença es de muy difícil acceso en coche por eso, entre otras razones, muchas de ellas relacionadas con la protección de las zonas naturales, el Ministerio de Medio Ambiente prohibió la circulación por esa zona durante la temporada de verano. Actualmente sólo se puede acceder mediante transporte público. Aquellos que pueden permitirse el lujo de alojarse en esta zona, lo hacen en el Royal Hideaway hotel de Formentor. Alternativamente también puedes llegar a este paraíso secreto en yate privado o alquilando un catamarán. El Hotel Formentor, del grupo Barceló Hotel Group, abrió en 1929 y rápidamente se hizo famoso entre celebridades como Winston Churchill, Grace Kelly, Helmut Schmidt y Charlie Chaplin. Con cabañas de estilo Balinés, hoy en día este hotel parece hacerle un favor a la naturaleza con su diseño relajado y ecológico. Tiene entonces muy poca lógica que cada comida en su exclusivo restaurante de playa esté acompañada por una botella de plástico de 0,5 litros.
El hotel situado en uno de los enclaves más importantes de Mallorca, una zona de 1.200 hectáreas de bosque mediterráneo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, ofrece una idílica vista de la playa. Según un macroestudio realizado en 2018 por flightnetwork.com, esta playa se encuentra entre las tres mejores de Europa y entre las 25 mejores del mundo. Además, el hotel también recibió este año el World Travel Award como el mejor hotel de playa de España. Es esta, entonces, una buena razón para que todos nosotros demos ejemplo, ya que podemos lograr mucho más juntos si cuidamos y protegemos nuestra maravillosa isla.
Uno de cada once empleados en todo el mundo trabaja en la industria del turismo, lo que genera el 10% del PIB total. Por lo tanto, este sector ofrece un enorme potencial para la protección del medio ambiente. Desde que los temas relacionados con la sostenibilidad también se han utilizado para despertar el interés en los medios de comunicación, muchas empresas turísticas y cadenas hoteleras internacionales han reconocido la importancia del mismo y, desde 2017, el Año Internacional del Turismo Sostenible, se han fijado importantes objetivos. Por ejemplo, muchos hoteles obtienen sus productos localmente, la ropa de cama y los muebles antiguos se entregan a organizaciones benéficas, hospitales o escuelas y los empleados reciben formación medioambiental que incluye la separación y el reciclaje de residuos y las iniciativas de limpieza de las playas. Un número cada vez mayor de restaurantes de lujo está sustituyendo las botellas de plástico por botellas de vidrio reutilizables con logotipos personalizados.
Los organismos supervisores, como el “Premio Re-Think”, también proponen modelos a seguir en el turismo sostenible en España. El grupo hotelero Meliá, por ejemplo, ha prohibido los productos de plástico y de un solo uso en sus hoteles de todo el mundo desde 2018 y ha sustituido las botellas, vasos, bolsas, pajitas y platos de plástico por alternativas biodegradables y respetuosas con el medio ambiente.
Esto, a largo plazo, ahorrará más de 15 toneladas de emisiones de CO2 que se producen anualmente como resultado de la eliminación de residuos. Los hoteles de todo el mundo de esta cadena solían tirar la impactante cantidad de 22 millones de botellas de plástico al año, algo que ahora, afortunadamente, ha llegado a su fin. Además de hacer una valiosa contribución al medio ambiente, esto también ayudará a aumentar la conciencia ambiental de los 30 millones de huéspedes de los 380 hoteles que la compañía tiene en todo el mundo. “La contaminación del plástico es un reto mundial que afecta a todos los rincones del planeta”, afirma Gabriel Escarrer, CEO del grupo. Para 2020, los españoles también quieren reducir el consumo de agua por estancia en un ocho por ciento y las emisiones de CO2 en un 18,4%. Se prevé entonces, que el 70% de la energía consumida por todos los hoteles se genere a partir de fuentes renovables.
Por otro lado, con programas como “Green Choice” es cada huésped del hotel el que ayuda a proteger el medio ambiente: colgar la “tarjeta verde” en la puerta, por ejemplo, significa que la ropa de cama y las toallas no necesitan cambiarse. Después de todo, podemos ayudar al mundo a convertirse en un lugar mejor si somos más respetuosos con el medio ambiente en nuestra vida diaria, tanto en el hogar como en el trabajo: cuidar el consumo diario de energía y llenar las botellas de agua no se ha considerado pasado de moda, ¡ahora es una declaración de responsabilidad social!