Por primera vez, el pasado verano OceanCare organizó una serie de expediciones alrededor de las Islas Baleares para registrar las poblaciones de mamíferos marinos. Ahora la ONG suiza ha decidido centrarse en otra importante cuestión: frenar la enorme contaminación en el mar Mediterráneo. La campaña se titula “Me importa” y qué mejor lugar que Mallorca para lanzar esta iniciativa, que pretende impulsar un cambio en la forma de pensar. “La isla turística representa la sociedad de consumo y en verano está hasta los topes así que es el lugar ideal para llamar la atención”, afirma Fabienne McLellan, de OceanCare.
A primera hora de la mañana, junto con voluntarios de Ondine, asociación dedicada a la conservación marina de las Islas Baleares, recogieron basura de la playa de Can Pere Antoni, en Palma, junto al Beach Club Anima. “Recogimos 37 kilos en media hora”, comenta Fabienne McLellan, mostrando su asombro. Los activistas colocaron la montaña de plástico junto a la pasarela de madera que conduce al bar. “Aparte de los tapones y los palos de helado, lo peor son los bastoncillos de los oídos y las pajitas”, afirma Fabienne. La gente tira los bastoncillos al váter y no piensan en que acaban directamente en el mar. “El 80% de la basura del Mediterráneo proviene de actividades terrestres y el 20% de los barcos”, explica Fabienne, nacida en Zurich. Debido a las corrientes, en la zona norte de las Islas Baleares se ha formado una alfombra de plástico. Según un estudio, el mar Mediterráneo es una de las regiones con mayor contaminación por plásticos del planeta. “Ya se describe al Mediterráneo como la sexta mancha de basura”, afirma Fabienne.
Pero la suiza, de 37 años de edad, no quiere desanimar a nadie, más bien al contrario: “Queremos motivar y todo el mundo pueden contribuir”. Para transmitir este mensaje y que cale especialmente entre los jóvenes, OceanCare trajo a los músicos de la banda alemana de punk rock Itchy a Mallorca. El grupo está formado por tres chicos originarios de Stuttgart “que aman el mar”. Desde muy jóvenes ya mostraban su compromiso con los temas medioambientales. Hasta la fecha, Itchy cuenta con siete publicaciones discográficas a sus espaldas y en sus letras y videoclips fomentan la prohibición de los paquetes y bolsas de plástico así como de las micropartículas de plástico que contienen algunos cosméticos presentes en nuestra vida cotidiana. Los admiradores del grupo muestran interés por las letras que componen. Además, tanto en las entrevistas que conceden como en redes sociales el trío hace referencia a la basura y al impacto que causa. Por ejemplo, mencionan que se han detectado partículas de plástico en todo el marisco.
Fue en Mallorca donde rodaron el videoclip para su último single, “El mar”, que aborda específicamente la contaminación de los océanos por residuos plásticos. “Sin embargo, en nuestras canciones no acusamos directamente a nadie”, explica Sebastian Hafner, cantante y guitarrista. “El mar” es una canción de amor que trata sobre un bonito día junto al mar, pero en el videoclip han incluido escenas que muestran cómo los residuos plásticos que producimos a diario están destruyendo el planeta lentamente. Los miembros de la banda opinan que es posible sensibilizar a un gran número de personas a través de campañas como la que promueve OceanCare.
“Solamente si nos unimos podemos presionar a los gobiernos para que modifiquen las leyes a largo plazo”. Junto con OceanCare, que utiliza la canción de Itchy como promoción para su campaña, la banda tomó parte en las jornadas de limpieza en Mallorca. Incluso se sumergieron junto con buceadores profesionales de Ondine en la costa de Cala Figuera para recoger, analizar y documentar los residuos plásticos que encontraron. “Alrededor del 1% de los residuos plásticos flotan en la superficie, el 4% forman lo que se llama una columna en el agua, mientras que el 95% se depositan en el lecho marino”, afirma Fabienne. “En la actualidad no disponemos de la tecnología adecuada para retirar la basura del lecho marino sin provocar efectos colaterales”. De todos modos, la activista medioambiental cree que todavía estamos a tiempo. “Si unimos nuestras fuerzas, podemos evitar que en el año 2050 haya más plástico que peces en el mar”. Vale la pena luchar por este objetivo.