Si Daniel Waschke tuviera un lema, sería “menos es más”. Para que una propiedad forme parte de la cartera de Mallorca Gold, debe cumplir con diversos requisitos; entre ellos, que tenga un valor no inferior a los dos millones de euros. “Es como estar en una tienda de relojes caros. Tiene que haber un máximo de dos o tres relojes en el escaparate y hay que pensar bien cuáles se exponen. Para mí, eso es lujo”, explica Daniel.
Aun así, al principio, no fue fácil optar por un nicho tan reducido. Hubo que rechazar muchas propiedades y, en ocasiones, surgieron problemas con los propietarios, que no siempre entendían los criterios de selección. “Queríamos posicionarnos muy claramente y ofrecer a nuestros clientes el mejor servicio posible”. Daniel dice que solo estuvo seguro de que había tomado la decisión adecuada unos años más tarde.
Daniel Waschke tiene las ideas claras, es serio, escucha con atención y responde a nuestras preguntas detalladamente. Si no fuera agente inmobiliario, sería un buen diplomático o mediador. Sus modos, que son a la par directos y sosegados, lo convierten en una buena persona para resolver un conflicto. A pesar de tener una agenda apretada, no duda en dedicarnos todo el tiempo necesario. No en vano eso es exactamente lo que gana al especializarse en un nicho: tiempo. Tiempo para centrarse completamente en sus clientes y para concentrarse en lo que es importante. Si solo se exhiben unos cuantos relojes, todos pueden presentarse con la luz adecuada y cada comprador recibe plena atención.
Para él, el comprador siempre está en el centro de todo lo que hace. Cuando Daniel habla de las relaciones con sus clientes, se refiere a ellas como “vínculos”, algo que probablemente describe mejor la estrecha conexión que se forja. A pesar de su interés por internet, la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías en el sector inmobiliario, para él, la mejor manera de crear confianza sigue siendo la conversación personal, en especial con los clientes extranjeros que no están familiarizados con Mallorca. Por eso viaja mucho y visita ferias comerciales para hacer contactos. No obstante, en Mallorca, no asiste a tantos eventos como cree que debería. “Soy consciente de que me puedo estar perdiendo algún negocio por eso, pero cuando estoy en Mallorca, quiero pasar las tardes con mi familia”. En eso, tiene claro que menos no es más.
Photos by Sara Savage
