España es famosa por ser un país diferente, y con razón. Así como los días de invierno se vuelven más oscuros en enero, los mallorquines tienen un arma secreta para iluminar la oscuridad.
Fogatas y torradas, música, baile y espectáculo: cada fiesta tradicional celebrada en enero tiene un sabor distinto, pero todas están en el mismo plato. La llegada de los Reyes Magos mantiene a los más pequeños en vilo, mientras que las fiestas de Sant Sebastià en Palma hacen que la capital se vuelva un auténtico hervidero de buen ambiente.
Sant Antoni es una fiesta muy tradicional e inclusiva. Orgullosos de sus raíces y tradición, a los mallorquines les encanta compartir estos días con los visitantes, para que hagan de su estancia en Mallorca algo memorable.
Date un paseo por alguna de las maravillosas playas o haz una excursión por el frondoso paisaje natural de la Serra de Tramuntana, respira aire fresco y observa cómo el sol resplandece sobre la hierba.
Así como el sol brilla en los días de invierno en las Islas Baleares, los mallorquines son expertos en mantener esa luz única durante todo el mes de enero.