Es Bassol Nou

Padre e hija comparten su pasión por las casas

Todos hemos oído alguna que otra historia de terror sobre la compra de una propiedad en la isla, pero éstas no suelen acabar con la creación de una de las principales promotoras inmobiliarias boutique de Mallorca. “Todo empezó hace unos siete años, cuando unos conocidos suizos lo pasaron fatal comprando y teniendo una casa aquí”, comienza Cristina Adrover, mitad del equipo de padre e hija detrás de Es Bassol Nou. “Así que nos pidieron que les gestionáramos sus asuntos inmobiliarios, y esa fue la semilla de la que surgió el negocio”, nos cuenta.

Con 25 años de experiencia en el mundo de la construcción y la hostelería, su padre, Juan, tuvo entonces la idea de adentrarse también en proyectos de construcción y reforma. Hoy en día, Es Bassol Nou ofrece una gama completa de servicios que abarcan todos los aspectos de la propiedad inmobiliaria, desde la búsqueda de una parcela y el respaldo legal, hasta la gestión de proyectos y el diseño de interiores.

Pequeño y personal

Aunque el negocio ha crecido a lo largo de los años, tanto Cristina como Juan tienen cuidado de no perder de vista lo que les hace diferentes: ese toque auténticamente personal. “No nos interesa convertirnos en una gran empresa”, explica Juan, “ya que perderíamos nuestra esencia, la de las relaciones personales, que lo es todo para nosotros”.

“Normalmente sólo hacemos un proyecto de obra nueva al año”, continúa Cristina, “para poder concentrarnos exclusivamente en él. Es como nuestro hijo, lo vemos crecer y cuidamos cada detalle, e incluso seguimos cuidándolo cuando el propietario no está”. Su filosofía de mantener el negocio a pequeña escala también les permite centrarse plenamente en cada cliente, para conocerlo íntimamente, entender su forma de pensar y, por tanto, comprender sus necesidades. “A veces, incluso antes de que ellos mismos lo sepan”, ríe Cristina.

Volver a los orígenes

Tanto padre como hija nacieron en Cas Concos, un pintoresco y tranquilo pueblo en la carretera entre Felanitx y Santanyí. Escondida entre sus apacibles callejuelas se encuentra la oficina de Es Bassol Nou, donde nos reunimos. “Hemos vuelto a nuestras raíces”, explica Cristina, “y estamos muy orgullosos de dónde venimos y de quiénes somos. Queremos preservar esta cultura y asegurarnos de que no se pierda nada”.

Este amor por su herencia mallorquina también está presente en el corazón de la empresa: “Los mismos valores que se heredaron e inculcaron en nuestro hogar los aplicamos ahora al negocio”. Estos valores también se reflejan en su compromiso con los materiales, los artesanos y los constructores locales, así como con la construcción de viviendas lo más autosuficientes y energéticamente eficientes posible.

Este espíritu se aplica también a sus clientes, introduciéndoles en la cultura y la gente de Mallorca, para ayudarles a integrarse en la comunidad, en lugar de ser “un turista más”. “Tenemos una gran relación con todos nuestros clientes, somos como una gran familia, e incluso les llevamos a cenar con nuestros abuelos y a fiestas típicas mallorquinas”, sonríe Cristina, “¡y siempre se lo pasan muy bien!”. Y viendo la pasión que tiene su familia por su legado, no es difícil de creer.