El secreto de la calabaza está en hornearla hasta conseguir el punto exacto, para conseguir los aromas y la textura perfecta. Para un bol entero necesitas…
- 1 calabaza pelada y sin semillas
- Un manojo de kale
- 1 manzana (en este caso, la variedad Pink Lady encaja muy bien por su crujiente y acidez)
- 1/2 taza de almendras tostadas
- 2 cucharadas de vinagre de manzana
- 1 cucharada de miel
- 1/2 taza de aceite de oliva
- Sal y pimienta
Cortar la calabaza en dados homogéneos y mezclar con un poco de aceite de oliva, una pizca de canela, nuez moscada, sal y pimienta. Verter en una bandeja y asar en el horno a 180ºC durante unos diez minutos. Apartar del horno antes de que se cocine del todo para que se mantengan firmes cuando se mezcle con el resto de la ensalada. Dejar enfriar.
Trocear el kale y escaldar en agua hirviendo durante veinte segundos hasta que esté tierno. Colocar en agua muy fría para mantener la verdura verde y sin oxidación.
Para realizar el aderezo, batir vinagre, aceite y miel y añadir condimentos al gusto.
Antes de servir la ensalada, pelar la manzana y cortar en cubitos. Mezclar y aderezar con la vinagreta.